Es evidente que en esta ocasión la película no ha funcionado. Los responsables de esta trilogía (utilizaré este término aunque no sea el idóneo, puesto que no hay ningún tipo de relación ni continuación argumental entre las tres películas) deberán reencaminar sus próximos proyectos. Si quieren continuar montando largometrajes de animación que resulten un estreno infantil puntero y exitoso, será importante que se reinventen. Ya no pueden seguir explotando los mismos clichés, recursos, mensajes (la importancia de la imaginación), e incluso tipo de humor. Hay que reconocer que los responsables de esta trilogía han sabido adaptarse a los gustos infantiles de la actualidad. Los niños de esta última década prefieren el humor gamberro, las aventuras y la acción (de ahí el rotundo éxito de la factoría Marvel entre el público infantil), por mucho que le pese a quien le pese.

También es cierto que las dos películas anteriores jugaban con ventaja. Ambas películas estaban basadas en personajes ampliamente conocidos por la audiencia. La LEGO película tenía a su alcance un mundo infinito en cuanto a personajes y Batman: La LEGO película se basaba en la vida de uno de los superhéroes más exitosos de todos los tiempos. La LEGO Ninjago película empezaba desde un escalón inferior. No sólo era complicado atraer público infantil a las salas de cine, sino que además era mucho más difícil que gustara, aunque tuviera una serie de animación mínimamente conocida por un sector del público infantil. Por ello, la mayoría del público que acudió a ver esta película al cine era tan sólo una parte de la que ya había visto las otras dos entregas anteriores. Tal vez sea por ello, que la película fuera estrenada en una menor cantidad de salas de cine y que durara menos semanas en cartelera que sus predecesoras.

En cambio, esto no debería servir como excusa del escaso éxito del film. Evidentemente, el diseño de la animación (y de su combinación con fotografía de carne y hueso) continúa siendo impecable y el humor resulta bastante acertado, aunque inferior, por comparación con las anteriores. El problema está en caer o reincidir en la misma salida argumental en algunos momentos de la película. Por eso, la misma decae a pasos agigantados a partir de la hora transcurrida. Empieza con bastante fuerza, pero acaba por tropezar con las ideas similares que ya se habían visto con anterioridad.

En definitiva, no recomendaría que los adultos la vieran en la hora de la siesta. Los niños se divertirán, que no es poco.

Nota final: 6'5.