Sorprendente historia y más sorprendente aún este arte surgido de una situación personal límite (con el que superarse y redimirse) y plasmado de manera tan auténtica en ese universo creado por el protagonista tan estéticamente logrado y con una rica narrativa. Tuviera uno la impresión de estar viendo cine dentro del cine (metalenguaje a través de los muñecos) o un cómic en el que no hay páginas sino recreaciones posturales. Una historia única que no sé si ha sido buena idea que Zemeckis llevase al cine de forma tan arriesgada como innecesaria. Con el documental bastaba.