Película corta de espías malvados en la ciudad de San Francisco y con la niebla de fondo. Protagonizan una gran actriz que fue Nina Foch, acompañada por un actor que murió muy joven, William Wright y algunos secundarios de peso, como Otto Kruger o el peculiar Ernie Adams, que figuró en cientos de películas. La trama empieza con un toquecito se podría decir "sobrenatural" (sin exagerar) pero se desarrolla como una peli de espias de toda la vida, con malos bastante más listos de lo habitual, varias vueltas de tuerca y una buena dosis de tensión mientras todos intentan conseguir un misterioso paquete. No es ninguna obra maestra del cine, pero se deja ver, máxime al ser de duración cortita.