Un slasher más pero que pierde su encanto a medida que avanza la película. La idea es buena, hacer un slasher en unos grandes almacenes, pero a diferencia de la genial "Intruso en la Noche" (en la que aparecía Sam Raimi y sus colegas), esta película tiene una pésima dirección.
Para empezar, es una película oscura. Al estar en un centro comercial sin luz, el director de foto debería haberselo currado un poco más. Constantemente vas perdiendo el hilo y no sabes muy bien que es lo que pasa.
Según mi criterio, lo que dignifica un slasher son un malo carismático y unas muertes originales. Aquí, exceptuando una muerte, no tenemos nada de eso.
El argumento, bastante simple. Unos amigos quedan en el centro comercial, de noche, para emborracharse. Despues de jugar como colegialas al escondite, cada uno se va con su pareja a practicar sexo dentro de un ikea ochentero, donde irán cayendo uno a uno. Al final intentan dar un giro sorprendente, pero es sorprendentemente malo y bastante cogido por los pelos.
Hay slashers mucho mejores.