La primera parte de esta peculiar saga me sorprendió bastante. Me encontré con una (cinematográfica) representación del mundo del fútbol con una fidelidad que no esperaba. No es que fuera una película que pareceira un documental de lo real que fuera pero trataba algunos elementos como la adaptación al fútbol europeo que me dejaron bastante sorprendido por inesperado.

En cambio, esta segunda parte, únicamente me gusta por mi sobredosis de madridismo interior. En el fondo, no es que el Real Madrid salga especialmente beneficiado de la película (quitando el multimillonario contrato que imagino llenó las arcas del club blanco), es solo que ponerme a ver a estas alturas a los Zidane, Roberto Carlos, Beckham o Raúl me aporta un sentimiento cuanto menos curioso.

Pero dejando de lado los colores, la película es bastante mediocre. Tan sólo merece la pena por esos planos compartidos entre Kuno Becker y jugadores del Madrid, o ese encuentro con Florentino Pérez a principio de la película. Todo lo demás roza el término de basura, y es que el drama que vivimos tiene menos carga que el de la primera parte, con una historia que es la misma de siempre con esa estrella estrellada que lo echa todo a perder. Algo así como la película Rockstar pero en fútbol.

Y ya, lo que realmente es tenebrosamente insalvable son los montajes donde se introducen a los actores en plenos partidos del Madrid, los dobles que muchas veces son de risa y el poco fútbol que se le nota al responsable de la película con las jugadas que nos muestan en pantalla. Ese Kuno Becker haciendo la jugada de su vida cada dos por tres, marcando goles de chilena y pegándole al balón mejor que Oliver Aton produce más risa que otra cosa para los que tenemos el fútbol en las venas.

Conclusión, si eres muy del Madrid te va a resultar simpática (de ahí mi elevada puntuación), incluso si eres del Barcelona disfrutarás viéndola (sobre todo cuando revivas uno de los baños al Madrid del principio), pero si lo que buscas es una buena película estás en el camino equivocado. Podría llegar a recomendar la primera, pero con la boca muy pequeña.