No era de extrañar que alguien como Nakashima, que tiene esa personalidad tan marcada y cuyas películas destacan por su colorido, se fijara en el mundo lolita para sus Kamikaze Girls. No estamos ante una película sobre el mundo lolita ni nada por el estilo, eso es incluso algo más bien puramente contextual. Lo que de verdad se nos presentan son dos mundos que, aunque parezcan distintos pueden no ser tan diferentes.

Al principio la diferencia entre ambas protagonistas y sus vidas es más que evidente. Luego, la que parece que no es na chunga acaba siendo la más chunga y viceversa. Esta transición se hace mediante una gran sabiduría cinematográfica. Con esto quiero decir que en un principio jamás imaginé que la cosa pudiera acabar en esa mezcla tan rara. Una vez terminada, me paro a pensar y me viene a la cabeza cómo no se me ocurrió algo así, porque es el desarrollo que llevan la mayoría de este tipo de películas. Nakashima oculta todo eso muy bien con su colorido y su rococó. No sé muy bien dónde clasificar la película. No es de acción, ni es un drama, ni es nada en absoluto a lo que pueda referirme.

No es mi favorita del director, pero no es porque sea una mala película, es porque las demás son sobresalientes. Ambas actrices lo hacen bien, aunque Anna Tsuchiya está un pelín sobreactuada dentro de lo que ya de por sí es su personaje, pero nada grave.