Aunque no quedé muy contento con la película hay algo que tengo que agradecer mucho a Ian FitzGibbon: el hecho de que una película tan potencialmente dramática no ataque directamente al corazón. Quien la haya visto sabrá de lo que hablo, sabrá que viendo la película uno sufre bastante menos que si por ejemplo se pone a contarla. Muchas veces ni siquiera parece un drama.

Es una película, eso sí, bastante seria, con un Donald bastante rico como personaje. Death of a Superhero es una película más vacía de lo que puede parecer, ya la misma vez es justo ese su encanto. Más allá de eso, disfrutarás mucho de los efectos que combinan la animación con la imagen real (literalmente), y puede que sientas especial debilidad por la calidad de los dibujos, que me parecieron soberbios.

Se debió no obstante atacar más por ahí, usar más el recurso que muchas veces se queda en anecdótico. Meternos en la mente de Donald a través de esa técnica y en definitiva hacer la película algo más profunda y especial. Por lo menos eso hubiera ayudado a sacudirnos la idea que se nos queda al final: que hemos visto una película de adolescentes.