Es increíble lo que es capaz de hacer el editor del GTA IV y un cerebro humano. Este The Trashmaster es por encima de todo una demostración de amor al arte.

Mathieu Weschler, el responsable de esta originalidad, nos demuestra como se puede hacer algo grandioso usando una única herramienta de trabajo. Las escenas e incluso el guión a pesar del flojo argumento son el resultado de alguién a quien se le nota que ha visto mucho cine y que probablemente se haya pasado horas y horas para hacer cada uno de los planes. La planificación que lleva hacer algo así debe ser abismal, y si has utilizado el editor de GTA IV en algún momento te harás una idea de la dificultad de todo ello conforme lo vas viendo.

Weschler es un buen cineasta, muy por encima del aficionado normal y no se yo si por encima de algunos que se hacen llamar cineastas. Su película es lenta, no se hace larga pero es demasiado tediosa. Lo que al principio parece que va a ser un festival de acción a lo Transporter acaba siendo más un thriller oscuro, incluso con tintes de cine negro, lo cual es curioso porque el editor del GTA IV se presta más a la edición de escenas cargadas de acción que a contar historias en sí. Weschler parece que ha querido hacer una película como tal, y no una demostración de "sus mejores momentos" jugando al gran juego de Rockstar, es por ello que no le ha molestado prescindir de momentos de acción y reservárselos para la trepidante introducción y el clímax final. A pesar de ello parece que falta un poco más de velocidad en el nudo, especialmente en esa parte por el metro de Nueva York donde realmente la película pierde demasiado ritmo y casi sentido.