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Voto de davilochi:
7
6,4
298
Documental Paul Hafner es un hombre de ochenta y cuatro años que lleva más de cincuenta viviendo en España. Pero la imagen de este anciano inofensivo y dócil que, como tantos otros alemanes, parece haber encontrado un paraíso en España, no tarda en desintegrarse. Al igual que otros representantes del partido Nacionalsocialista, el ex oficial de las SS encontró refugio en la España de Franco. En él no se aprecia consciencia ni mucho menos ... [+]
6 de junio de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un interesante documental que nos muestra la visión de un hombre que se quedó varado en los años turbulentos años 30-40 del siglo pasado, en buena medida gracias a que su mundo se mantuvo en pie durante treinta años más en España, lugar al que huyó a la caída del Reich alemán. Todo su entramado de marcos de referencia queda desentrañado por Günter Schwaiger, algo que no deja de sorprender tratándose de un pasado nacionalsocialista. Si por algo se han caracterizado los hombres de estas características ha sido por la cautela, lo cual queda de manifiesto en el hecho de que todos sus amigos plácidamente retirados en Marbella rechazan sus llamadas por miedo a comparecer ante una cámara. Y el caso es que el viejo lo entiende, porque como bien dice es posible que teman ser procesados, lo cual no hace que deje de pensar en el hecho de que es un anciano senil que diez años antes se habría negado a aparecer ante una cámara. En cierto sentido hay aspectos muy destacables de este documental que comentaré más adelante, pero hay otros que no me han acabado de convencer y es por eso que la nota se haya quedado en un simple 7 y es posiblemente eso, el hecho de saber que un nacionalsocialista en su sano juicio jamás habría aceptado servir como experimento a cara descubierta.

En primer lugar podríamos decir que estamos ante una de las versiones de la "banalidad del mal" que enunciara Hannah Arendt allá por 1961 durante el proceso de Eichmann en Jerusalén. En un primer momento y sin más datos que un simple intercambio de palabras y un contacto visual estamos ante un hombre completamente normal (entiéndase normal por todo aquel que pasa desapercibido entre las masas en el momento presente): un anciano respetable que, además, se las da de santo. Sin embargo este anciano no es un Eichmann, un burócrata que simplemente obedecía órdenes superiores con celo y eficacia con el fin de ascender y sin pensar en las consecuencias de sus actos, que formaba parte de un complejo y gigantesco entramado donde no era más que una pieza más. Estamos ante un individuo que se identifica con un determinado grupo étnico y también ideológico y que en base a ello elabora el discurso legitimador para todas y cada una de sus acciones y hechos históricos, es decir, un auténtico radical, un fanático que porta la ideología como una religión laíca. Todo encaja dentro de los esquemas mentales del anciano, y su apoyo es la ideología nacionalsocialista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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