¿Qué será eso que tiene The Fades y que me atrapó en su tela de araña desde el primer minuto de proyección? Le he estado dando vueltas y creo que tengo parte de la respuesta.

T.F. tiene un guión consistente, con momentos de clímax y sin salidas de tono ni de contexto. Recrea un escenario realista, con situaciones de lo más corrientes que acontecen en paralelo con sucesos paranormales y profecías apocalípticas... se me erizan los pelos de los brazos.

T.F. tiene una fotografía y ambientación impeclables, sello de los recientes productos televisivos made in England que para tantos/as de nosotros/as están siendo una delicia.

T.F. tiene un reparto aceptable, un popurrí de caras conocidas (y no tan conocidas) que consigue cuajar con cierto acabado de collage, pero que no desagrada, si no que le da un punto de imprevisión a los personajes que te mantiene en vilo constante.

T.F. tiene a Natalie Dormer (punto).

The Fades tiene aquello que sentía con las primeras temporadas de "Supernatural" y ocupa un espacio que esta última dejó huérfano. Un thriller que te mantiene durante cuarenta y cinco minutos agarrado a los reposabrazos y siempre te deja con ganas de pasar un poco más de tensión cuando termina.