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Voto de Komond Deckard:
3
4,8
15.779
Ciencia ficción. Intriga. Thriller. Fantástico
1976. Norma Lewis (Cameron Diaz), profesora de un colegio privado, está casada con Arthur (James Marsden), un ingeniero de la NASA, y tiene un hijo de nueve años. Un día, se presenta en su casa un hombre misterioso, con el rostro horriblemente desfigurado, que le propone a Norma una vida alternativa: la caja. La pareja, que sólo dispone de 24 horas para decidirse, se enfrenta a un espinoso dilema moral. La cuestión es que decidan lo que ... [+]
7 de noviembre de 2009
142 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de adaptar una historia corta a cine radica principalmente en que hay que saber muy bien cómo quieres ampliarla. Basado en un relato sencillo, pero estupendo, nos encontramos que el director y guionista Kelly intenta continuar algo de una manera aparatosa. Cierta idea en su ampliación es buena si uno es capaz de difuminar por completo todos los detalles concretos que por desgracia la acompañan convirtiéndola en ridícula y quitándole fuerza.
La parte de la película que coincide con el original está narrada con estilo, con tensión, con la misma sencillez con la que Matheson escribió su relato. Sólo hay una caja, un botón y un dilema. Únicamente algunos detalles añadidos para facilitar la continuidad con la parte nueva estropean levemente el inicio, pero nada importante.
El problema es que cuando Kelly deja de tener el amparo de adaptar algo que ya existía y era bueno, comienza a intentar explicarlo y enredarlo para nada. La historia comienza a introducir elementos fantásticos que no le pegan, situaciones incoherentes y a menudo incluso, cómicas, que es algo que tristemente pasa cuando quieres hacer que una situación sea tensa sin saber cómo. Todo el aspecto de los empleados, escenas como «la del agua», o el «sentí amor», solo consiguen distanciarte de una historia que era genial cuando era sencilla, y que si Richard Kelly hubiera intentado continuar con sencillez, incluso con el mismo planteamiento ajeno al relato sí, pero con sencillez, habría resultado mucho más efectiva.
Por tanto, nos quedamos con una película irregular, con mucha tensión al inicio, un desarrollo tedioso con elementos fantásticos que no enriquecen la obra y plagado de escenas que están tan mal realizadas que resultan involuntariamente cómicas, seguido por un final que recupera tensión y podría funcionar si no llegara uno a él ya agotado tras la paliza del desarrollo.
La parte de la película que coincide con el original está narrada con estilo, con tensión, con la misma sencillez con la que Matheson escribió su relato. Sólo hay una caja, un botón y un dilema. Únicamente algunos detalles añadidos para facilitar la continuidad con la parte nueva estropean levemente el inicio, pero nada importante.
El problema es que cuando Kelly deja de tener el amparo de adaptar algo que ya existía y era bueno, comienza a intentar explicarlo y enredarlo para nada. La historia comienza a introducir elementos fantásticos que no le pegan, situaciones incoherentes y a menudo incluso, cómicas, que es algo que tristemente pasa cuando quieres hacer que una situación sea tensa sin saber cómo. Todo el aspecto de los empleados, escenas como «la del agua», o el «sentí amor», solo consiguen distanciarte de una historia que era genial cuando era sencilla, y que si Richard Kelly hubiera intentado continuar con sencillez, incluso con el mismo planteamiento ajeno al relato sí, pero con sencillez, habría resultado mucho más efectiva.
Por tanto, nos quedamos con una película irregular, con mucha tensión al inicio, un desarrollo tedioso con elementos fantásticos que no enriquecen la obra y plagado de escenas que están tan mal realizadas que resultan involuntariamente cómicas, seguido por un final que recupera tensión y podría funcionar si no llegara uno a él ya agotado tras la paliza del desarrollo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Richard Kelly consigue buenos momentos, como ponerte un nudo en la garganta cuando pulsan el botón. Aprovecha además un aspecto que para mi gusto mejora al relato original (a pesar de que a Matheson no le gustó cuando lo vio en la versión de su relato hecha en el capítulo de "The Twilight Zone"), que es cuando el vendedor vuelve, les da el dinero y suelta un brillante: «ahora reprogramaremos la caja y se la daremos a alguien que, les podemos garantizar, no conocen». Con eso, uno ya sabe que ahora ellos corren riesgo, que quizás ellos mataron al que pulsó antes el botón y que todo sigue un ciclo en el que si alguien actúa como ellos les matará. ¿Por qué van a ser los siguientes compasivos con nosotros, si nosotros no lo fuimos con el anterior?
Pero por desgracia, los personajes son curiosos y se ponen a investigar, dando con una organización ridícula con omnipresentes empleados que te miran continuamente alelados y que les sangra la nariz a ratos. Además, están las escenas ridículas como el viaje al entrar en las puertas de agua que acaba con una «caja» de agua sobre su mujer que llegó ahí tras quedar inconsciente por tocarla un hombre por el que había sentido amor a causa de su deformidad.
Afortunadamente recupera parte de lo esencial en la última parte de la película, el aspecto cíclico de la caja, que aunque podría estar mejor narrado vuelve a ser tenso y pierde la ridiculez que había conquistado la película durante al menos una hora. Pero el mal sabor de boca sigue ahí y uno no deja de pensar que para hacer una explicación tan mala es mejor que no te expliquen nada, que se concentren en crear tensión, confien en el poder de lo desconocido frente a lo explícito y se queden con la importancia que tiene para los personajes el dilema y las consecuencias de sus actos.
Por eso creo que Kelly intuía cómo se podía mejorar el relato de Matheson, pero simplemente, carecía de verdadera capacidad para conseguirlo.
Pero por desgracia, los personajes son curiosos y se ponen a investigar, dando con una organización ridícula con omnipresentes empleados que te miran continuamente alelados y que les sangra la nariz a ratos. Además, están las escenas ridículas como el viaje al entrar en las puertas de agua que acaba con una «caja» de agua sobre su mujer que llegó ahí tras quedar inconsciente por tocarla un hombre por el que había sentido amor a causa de su deformidad.
Afortunadamente recupera parte de lo esencial en la última parte de la película, el aspecto cíclico de la caja, que aunque podría estar mejor narrado vuelve a ser tenso y pierde la ridiculez que había conquistado la película durante al menos una hora. Pero el mal sabor de boca sigue ahí y uno no deja de pensar que para hacer una explicación tan mala es mejor que no te expliquen nada, que se concentren en crear tensión, confien en el poder de lo desconocido frente a lo explícito y se queden con la importancia que tiene para los personajes el dilema y las consecuencias de sus actos.
Por eso creo que Kelly intuía cómo se podía mejorar el relato de Matheson, pero simplemente, carecía de verdadera capacidad para conseguirlo.