Tardé en empezar a disfrutar esta estrafalaria serie, su peculiar combinación de sátira costumbrista, comix, humor tan extravagante como afilado y tierno- según la ventolera-, comix y autoayuda ... pero una vez me acostumbré - allá por el tercer episodio, empecé a disfrutar de estos pildorazos (cada uno de los diez episodios apenas si sobrepasa los veinte minutos), francamente me he hecho adicto. Y ahora echo de menos mi dosis, porque se me ha terminado la primera temporada que nos narra como un grupo de apoyo a "experiencers" o gente que pretendidamente ha experimentado una abducción por extraterrestres, intenta recomponer sus vidas rotas, en un pueblo pequeño de los USA, sin saber que allí está focalizada la presencia extraterrestre invasora del planeta Tierra.

No creo que sea una serie para todos, pero sí es una serie que retribuye abundantemente a sus fieles, porque entreveradas con su peculiar humor, se deslizan toda una serie de reflexiones cuasi místicas, sobre la posibilidad de ser feliz en un mundo absurdo, el relativo valor del éxito y el fracaso, la ternura de los mentirosos ... y en general apuesta por la tolerancia con los malos sentimientos y la viabilidad de transitar por la vía de los buenos.
En la duda, la recomiendo vivamente para adultos que disfruten de los comix.

Pero lo que más me gusta son esos extraterrestres (de caracteres psicológicos tan variados como su aspecto físico) y los pocos efectos de ciencia-ficción que se introducen en la serie (nada espectacular pero muy creíbles), y especialmente el bajito cabezón de ojos negros, permanentemente cabreado con el mundo y furioso como una mona ante cualquier error ... que, muy ocasionalmente, se quiebra y deja aflorar ternísimos sentimientos que, desde luego, no se puede permitir.