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Voto de Travis Bickle:
8
Drama Miyako, una famosa cantante de ópera, es fotografiada junto al pintor Aoe, en un balneario de Izu. La foto es publicada algunas semanas después en el periódico sensacionalista Amor, con un texto totalmente falso. El pintor decide demandar a la publicación y contrata a un ambicioso abogado. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2016
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ryszard Kapuściński dijo en una ocasión: "Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante". Pues de esto, ni más ni menos, es de lo que trata Escándalo. Una historia contada en una película del año 1950 y cuya exactitud con los tiempos actuales da mucho que pensar sobre la evolución que para muchas cosas hemos tenido.

Kurosawa pone en entredicho los valores de la prensa más sensacionalista que existe como es la rosa en donde no importa faltar a la verdad si con eso se venden más revistas. Y por supuesto tampoco importa manchar la imagen de las personas implicadas. No nos estamos refiriendo a personajes de la farándula que ya de por sí tienen su vida manchada a base de venderla porque su ineptitud no les da para más. Sino que hablamos de gente con oficios sanos (un pintor y una cantante) alejados de todo ese circo mediático pero que desgraciadamente su punto de mira apunta directamente a ellos. Esta crítica deja paso a una todavía más grave y no menos actual como es la de la justicia. ¿Es realmente justa la justicia? Si estamos en el mundo y tenemos dos dedos de frente podremos respondernos a esta pregunta.

La extorsión, el chantaje y la difamación son el caldo de cultivo en el que los personajes navegan aparentemente sin un rumbo claro hacia la defensa de su honor. De su verdad. Y en esto, como muchas veces antes y posteriormente siguió demostrando, Kurosawa se maneja perfectamente entre esas aguas embarradas en donde sus personajes pueden salir a flote o perecer. Por algo este señor fue y seguirá siendo recordado como El Emperador del cine. Tocó prácticamente todos los géneros cinematográficos contando historias que perduran en el tiempo tanto por su importancia como por su relevancia en el pasado y el presente y, todo ello, con una técnica inconfundible que siempre le hizo no salir airoso de aquel proyecto en el que se embarcaba sino como un verdadero influyente para generaciones venideras.

Mención especial para las actuaciones de Toshiro Mifune y Takashi Shimura. Dos monstruos de la interpretación del cine japonés. Fieles a las personalidades que suelen caracterizan a sus personajes como el de un hombre más temperamental y seguro de sí mismo en el caso de Mifune o más abatido y sumido en sus pensamientos para Shimura, pero siempre ambos aportando algo fresco y particular a cada nuevo papel.

Ver el cine de Akira no siempre es fácil y, al menos en mi caso, me gusta pensar pasados uno o días en la película que haya visto de él. Y no es porque se requiera de una gran capacidad de compresión para entenderlas, sino que cuando se piensa en ellas pasado un tiempo, uno se da cuenta de lo bien que están contadas la historias y de lo bien hechas que están las películas en cada uno de sus aspectos y a nivel general. Y Escándalo no podía ser menos.
Travis Bickle
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