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Voto de paoluo90:
10
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Drama
Película biográfica bíblica que cuenta la historia de María (Rooney Mara), una joven mujer en busca de una nueva forma de vida. Restringida por las jerarquías de la época; María desafía a su familia tradicional al unirse a un nuevo movimiento social dirigido por Jesús de Nazareth (Joaquin Phoenix). Pronto encuentra su lugar dentro del movimiento y en el corazón de un viaje que la conducirá a Jerusalén. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2018
26 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar esta crítica diciendo que lo que expongo no es más que un engendro de lo que pienso, siento y entiendo de la película, y que voy a hacerla a modo de comparación con La Forma del Agua de Guillermo del Toro (¡ojo! Contiene espoilers de ambas películas) y que pretendo hacer pensar más aun a la gente que la ha visto, allá voy.
Las dos películas tratan de alguna manera sobre lo mismo: mujer, solitaria, soñadora, incomprendida por alguna característica que le hace ser vista como diferente por parte de los demás, que se enamora y que sigue a su amado a través de diversas dificultades.
Me explico; por un lado tenemos a Susan Espósito en La Forma del Agua, una mujer que es solitaria, muda, huérfana, y limpiadora que vive en la ciudad portuaria de Baltimore. Parece que el aislamiento social le viene dado por esos factores, su mutismo hace difícil una comunicación fluida con alguien de su alrededor, parece que su orfandad le hace ser también de alguna manera poco social, y su trabajo de limpiadora es una manifestación de esa desigualdad a la que se ve sometida, vamos, que lo tiene todo para ser una especie de antiheroína. Además podemos intuir que es una persona anhelante, soñadora, que está esperando a algo o a alguien que la saque de su aplastante monotonía de la que trata de huir con ensoñaciones y auto sexo en la bañera. No es una mujer fuerte y luchadora que nos va a dar lecciones de moral.
Por otro lado tenemos a María, una mujer joven de Magdala, una aldea de pescadores a orillas del Mar de Galilea. No sabemos bien qué le pasa a María, que vive junto a su familia profundamente religiosa. Sólo sabemos que no quiere casarse e intuimos que tiene fuertes inclinaciones místicas, es algo así como una soñadora de la eternidad que mira anhelante el horizonte esperando algo, no se sabe bien qué. Este misticismo produce rechazo a su entorno, en el espoiler cuento porqué.
Hasta aquí creo que se ve claro el parecido de ambos personajes. Mujeres atrapadas en una realidad que no les satisface, solitarias, rechazadas o desplazadas socialmente, buscadoras o esperadoras de algo o alguien que les rescate.
He aquí otro factor importante: el agua. Las dos películas tienen como elemento fundamental el agua, un elemento conductor de la trama. Ambas películas comienzan con una escena subacuática, en el espoiler sigo desarrollando esta idea, pues hay más razones pero pueden desvelar la trama.
El amor es fundamental en las dos películas. Pero antes hay que dejar clara una cosa. En la Forma del Agua tenemos una relación amorosa y sexual, mientras que en María Magdalena tenemos una relación amorosa espiritual, sin sexo, y no amorosa en el sentido de pareja, si no en el sentido de unión íntima, profunda y seria, aunque podría considerarse exclusiva entre Jesús y María, además en la primera tenemos un amor más erótico y en la segunda un amor agapé, de entrega total. Por un lado tenemos una criatura anfibia y por otro lado, ¡oh casualidades de la vida! Tenemos a Dios hecho hombre, que también aúna dos naturalezas. Es decir, dos figuras masculinas que poseen dos naturalezas en una. Ambos amados (el hombre anfibio sin nombre y el hombre-dios Jesús) son perseguidos, y nuestras protagonistas ven su amor en riesgo debido a esto. Esto lo desarrollo más en el espoiler.
Hasta aquí creo que se puede apreciar que las dos películas cuentan en realidad la misma historia. Si reducimos a sus protagonistas a metáforas del alma o de la psique humana, veremos que se trata de estas en busca de su lugar, lugar que encuentran en un ser de alguna manera igual y diferente, en apuros pero superior. En este punto quiero añadir que las personas disfrutamos de los personajes en los que nos vemos reflejados, de tal manera que no hace falta ser mujer, muda, marginada y estar enamorado de un anfibio para sentirse identificado profundamente con Susan, por eso creo que hay elementos más profundos con los que nos sentimos identificados.
Pero las películas tienen una profundidad muy diferente. El relato de María es mucho más profundo y enriquecedor en todos los sentidos, por eso invito encarecidamente visionar la película y por eso pienso que es mucho mejor, cosa que no voy a explicar pues creo que cada cual puede discernir lo bueno de lo malo y lo excelente de lo mediocre.
En cuanto a la fotografía de María Magdalena me ha parecido bastante buena siendo extraordinaria en algunas ocasiones, una delicia. Su función creo que es hacernos sentir por un lado el sentir de María y por otro el ser espectadores de un acontecimiento, ser testigos, por eso la cámara variará, me explico, a veces la cámara mira desde fuera completamente, otras estamos junto a María, otras somos ella misma y otras somos alguno de los personajes, mención especial a este juego de cámaras hago en el espoiler (si es que tal cosa se puede hacer de una historia tan contada)
Me gustaría destacar la sobriedad de la película en todos los sentidos, algo loable pues la sobriedad, la calma y las escenas largas son excluyentes y espantan a una gran mayoría del público.
La banda sonora es correcta en algunas ocasiones, rayando el efectismo en otras, pero sin llegar a él y otras, (las menos, la verdad sea dicha) es muy buena, con una mezcla entre electrónica y clásica que a mi me parece muy acertada y personalmente me encanta.
Las dos películas tratan de alguna manera sobre lo mismo: mujer, solitaria, soñadora, incomprendida por alguna característica que le hace ser vista como diferente por parte de los demás, que se enamora y que sigue a su amado a través de diversas dificultades.
Me explico; por un lado tenemos a Susan Espósito en La Forma del Agua, una mujer que es solitaria, muda, huérfana, y limpiadora que vive en la ciudad portuaria de Baltimore. Parece que el aislamiento social le viene dado por esos factores, su mutismo hace difícil una comunicación fluida con alguien de su alrededor, parece que su orfandad le hace ser también de alguna manera poco social, y su trabajo de limpiadora es una manifestación de esa desigualdad a la que se ve sometida, vamos, que lo tiene todo para ser una especie de antiheroína. Además podemos intuir que es una persona anhelante, soñadora, que está esperando a algo o a alguien que la saque de su aplastante monotonía de la que trata de huir con ensoñaciones y auto sexo en la bañera. No es una mujer fuerte y luchadora que nos va a dar lecciones de moral.
Por otro lado tenemos a María, una mujer joven de Magdala, una aldea de pescadores a orillas del Mar de Galilea. No sabemos bien qué le pasa a María, que vive junto a su familia profundamente religiosa. Sólo sabemos que no quiere casarse e intuimos que tiene fuertes inclinaciones místicas, es algo así como una soñadora de la eternidad que mira anhelante el horizonte esperando algo, no se sabe bien qué. Este misticismo produce rechazo a su entorno, en el espoiler cuento porqué.
Hasta aquí creo que se ve claro el parecido de ambos personajes. Mujeres atrapadas en una realidad que no les satisface, solitarias, rechazadas o desplazadas socialmente, buscadoras o esperadoras de algo o alguien que les rescate.
He aquí otro factor importante: el agua. Las dos películas tienen como elemento fundamental el agua, un elemento conductor de la trama. Ambas películas comienzan con una escena subacuática, en el espoiler sigo desarrollando esta idea, pues hay más razones pero pueden desvelar la trama.
El amor es fundamental en las dos películas. Pero antes hay que dejar clara una cosa. En la Forma del Agua tenemos una relación amorosa y sexual, mientras que en María Magdalena tenemos una relación amorosa espiritual, sin sexo, y no amorosa en el sentido de pareja, si no en el sentido de unión íntima, profunda y seria, aunque podría considerarse exclusiva entre Jesús y María, además en la primera tenemos un amor más erótico y en la segunda un amor agapé, de entrega total. Por un lado tenemos una criatura anfibia y por otro lado, ¡oh casualidades de la vida! Tenemos a Dios hecho hombre, que también aúna dos naturalezas. Es decir, dos figuras masculinas que poseen dos naturalezas en una. Ambos amados (el hombre anfibio sin nombre y el hombre-dios Jesús) son perseguidos, y nuestras protagonistas ven su amor en riesgo debido a esto. Esto lo desarrollo más en el espoiler.
Hasta aquí creo que se puede apreciar que las dos películas cuentan en realidad la misma historia. Si reducimos a sus protagonistas a metáforas del alma o de la psique humana, veremos que se trata de estas en busca de su lugar, lugar que encuentran en un ser de alguna manera igual y diferente, en apuros pero superior. En este punto quiero añadir que las personas disfrutamos de los personajes en los que nos vemos reflejados, de tal manera que no hace falta ser mujer, muda, marginada y estar enamorado de un anfibio para sentirse identificado profundamente con Susan, por eso creo que hay elementos más profundos con los que nos sentimos identificados.
Pero las películas tienen una profundidad muy diferente. El relato de María es mucho más profundo y enriquecedor en todos los sentidos, por eso invito encarecidamente visionar la película y por eso pienso que es mucho mejor, cosa que no voy a explicar pues creo que cada cual puede discernir lo bueno de lo malo y lo excelente de lo mediocre.
En cuanto a la fotografía de María Magdalena me ha parecido bastante buena siendo extraordinaria en algunas ocasiones, una delicia. Su función creo que es hacernos sentir por un lado el sentir de María y por otro el ser espectadores de un acontecimiento, ser testigos, por eso la cámara variará, me explico, a veces la cámara mira desde fuera completamente, otras estamos junto a María, otras somos ella misma y otras somos alguno de los personajes, mención especial a este juego de cámaras hago en el espoiler (si es que tal cosa se puede hacer de una historia tan contada)
Me gustaría destacar la sobriedad de la película en todos los sentidos, algo loable pues la sobriedad, la calma y las escenas largas son excluyentes y espantan a una gran mayoría del público.
La banda sonora es correcta en algunas ocasiones, rayando el efectismo en otras, pero sin llegar a él y otras, (las menos, la verdad sea dicha) es muy buena, con una mezcla entre electrónica y clásica que a mi me parece muy acertada y personalmente me encanta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Susan consigue salvar a su amado de la muerte y además acaba compartiendo naturaleza con él, mientras que María no consigue salvar a su amado, que es ejecutado pero que al final resucita, y también acaba compartiendo naturaleza con él, es decir que también tiene esa capacidad de estar por encima de la muerte.
Es curioso cómo ambos amados pueden curar y regenerarse, cómo son perseguidos, cómo tienen naturalezas complejas y cómo pueden vivir bajo el agua, en el caso del hombre anfibio literalmente, en el caso de Jesús si vemos el agua como metáfora de la muerte, y su don de resucitar como su habilidad de habitar ese medio. Lo cual me hace plantearme que los seres humanos tenemos la necesidad de creer en Dioses o en mitos, ya que aunque algunos se jacten de no creer en nada no podrán evitar sentirse identificados aunque sólo sea mínimamente con las protagonistas, y el hecho de sentirse implicado con alguien lleva implícito la creencia de que ese alguien existe de alguna manera.
María no quiere casarse porque no ve que eso sea lo que quiere en la vida. Cuando Jesús la visita en su casa le pregunta que qué le pasa, y María contesta que no sabe bien qué es, que cree que es Dios lo que está buscando pero está confusa.
Las dos películas comienzan y acaban con una escena subacuática que representa el renacer y el encuentro con el amado, además de la búsqueda de la verdad a través de el alejamiento parcial de la sociedad, pues el agua es un medio en el que los seres humanos apenas podemos comunicarnos, por lo tanto será solamente con un ser que sea más que humano con quien podamos compartir esa comunicación.
Y para terminar quiero decir que La Forma del Agua me parece sobrevaloradísima pues se sustenta más en clichés y convencionalismos que en verdaderas novedades, ni siquiera su fotografía es realmente novedosa. Sus personajes son superficiales aunque puedan representar cosas más profundas en realidad. Es una película que no te sacude y que tiene valoraciones morales burdas y caricaturescas. Su escena con pretensión de musical está metida con calzador así como sus personajes secundarios marginales como el hombre homosexual alcohólico, la mujer negra con marido garrulo y el malo heteruzo machista amargado que sólo están ahí para comprar la aprobación de un público cada vez más políticamente correcto y que necesita su dosis de moralismo New Age.
En mi opinión La Forma del Agua representa a la sociedad materialista y hedonista, mientras que María Magdalena representa una sociedad trascendente, espiritual e idealista.
La escena de la crucifixión es muy bonita, pues vemos a Jesús desde María Magdalena arrodillada a los pies de la cruz y a María Magdalena desde Jesús crucificado, un juego de cámara que en mi opinión expresa de forma perfecta no sólo el amor y la unión mística de estos seres extraordinarios y excéntricos sino también la relación mística del alma con Dios, una escena muy sobria y sin estridencias, lo cual es de agradecer.
Es curioso cómo ambos amados pueden curar y regenerarse, cómo son perseguidos, cómo tienen naturalezas complejas y cómo pueden vivir bajo el agua, en el caso del hombre anfibio literalmente, en el caso de Jesús si vemos el agua como metáfora de la muerte, y su don de resucitar como su habilidad de habitar ese medio. Lo cual me hace plantearme que los seres humanos tenemos la necesidad de creer en Dioses o en mitos, ya que aunque algunos se jacten de no creer en nada no podrán evitar sentirse identificados aunque sólo sea mínimamente con las protagonistas, y el hecho de sentirse implicado con alguien lleva implícito la creencia de que ese alguien existe de alguna manera.
María no quiere casarse porque no ve que eso sea lo que quiere en la vida. Cuando Jesús la visita en su casa le pregunta que qué le pasa, y María contesta que no sabe bien qué es, que cree que es Dios lo que está buscando pero está confusa.
Las dos películas comienzan y acaban con una escena subacuática que representa el renacer y el encuentro con el amado, además de la búsqueda de la verdad a través de el alejamiento parcial de la sociedad, pues el agua es un medio en el que los seres humanos apenas podemos comunicarnos, por lo tanto será solamente con un ser que sea más que humano con quien podamos compartir esa comunicación.
Y para terminar quiero decir que La Forma del Agua me parece sobrevaloradísima pues se sustenta más en clichés y convencionalismos que en verdaderas novedades, ni siquiera su fotografía es realmente novedosa. Sus personajes son superficiales aunque puedan representar cosas más profundas en realidad. Es una película que no te sacude y que tiene valoraciones morales burdas y caricaturescas. Su escena con pretensión de musical está metida con calzador así como sus personajes secundarios marginales como el hombre homosexual alcohólico, la mujer negra con marido garrulo y el malo heteruzo machista amargado que sólo están ahí para comprar la aprobación de un público cada vez más políticamente correcto y que necesita su dosis de moralismo New Age.
En mi opinión La Forma del Agua representa a la sociedad materialista y hedonista, mientras que María Magdalena representa una sociedad trascendente, espiritual e idealista.
La escena de la crucifixión es muy bonita, pues vemos a Jesús desde María Magdalena arrodillada a los pies de la cruz y a María Magdalena desde Jesús crucificado, un juego de cámara que en mi opinión expresa de forma perfecta no sólo el amor y la unión mística de estos seres extraordinarios y excéntricos sino también la relación mística del alma con Dios, una escena muy sobria y sin estridencias, lo cual es de agradecer.