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Voto de Manospondylus:
7
Serie de TV. Animación. Acción. Comedia Serie de TV (2019). Segunda temporada del anime "One Punch Man", estrenado en 2015 y basado en el aclamado manga de ONE. En este caso, Saitama se enfrentará a Garou, un hombre fascinado por los monstruos. De forma poco habitual en el anime japonés, esta temporada cambió de productora y equipo artístico. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2019
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años y medio y dos estudios de animación diferentes separan las dos primeras temporadas de One Punch Man, la serie anime sobre un superhéroe calvo, estoico, poco motivado y absurdamente poderoso que lucha contra monstruos y criminales para combatir el aburrimiento.

Lo que ocurrió en la primera temporada de One Punch Man fue algo excepcional: un prestigioso estudio de animación (Madhouse), un gran director (Shingo Natsume) y un equipo de animadores freelancers geniales que casualmente estaban disponibles, se unieron para llevar al anime el manga (nacido de un webcomic) que parodia y desmonta con más ingenio los diversos clichés tanto del shōnen tipo One Piece o Dragon Ball como de las historias de superhéroes de Marvel y DC. El resultado fue una serie tan divertida como espectacular.

Sabíamos que era difícil que algo así volviera a ocurrir y, efectivamente, no ha ocurrido. Para su segunda temporada, One Punch Man ha pasado al estudio J.C.Staff, cuya serie más destacada hasta la fecha diría que es la legendaria Shōjo Kakumei Utena, una absoluta genialidad del excéntrico Kunihiko Ikuhara y la mangaka Chiho Saitō que, sin embargo, no destaca en absoluto por su animación. Y es que J.C.Staff es un estudio más pequeño que Madhouse y, con los años, se ha ido especializando en anime slice of life, escolar, romántico, cómico y con poca acción (con escasas excepciones, como Heavy Object, Zero no Tsukaima y Toaru Kagaku no Railgun).

Sin embargo, el obvio y acusado descenso en la calidad de la animación durante casi toda la temporada y, por lo tanto, también durante las batallas, no logra hundir una comedia que sigue siendo tan efectiva e inteligente como siempre. De hecho, sorprende lo poco que se resiente en general este anime pese al cambio de estudio, sobre todo, teniendo en cuenta el buen resultado que dieron Natsume y Madhouse.

No voy a engañar a nadie: en toda esta temporada no hay ningún combate tan largo, intenso y bien animado como el de Saitama vs Boros, pero también es verdad que en la parte del manga que adapta aún no hay otra batalla que se le equipare en escala. Sin embargo, sólo quienes que se tomaron demasiado en serio la primera temporada y sus peleas van a salir decepcionados. Por el contrario, tanto quienes busquen una parodia superheroica ingeniosa como quienes se conformen simplemente con un anime divertido, no pueden dejar pasar esta temporada. Porque no hay que olvidar que los impresionantes combates pueden ser un aliciente, pero no es lo primordial en One Punch Man, una serie que, recordemos, nació y empezó a cobrar fama como un webcomic (obra del autor conocido como One) con un dibujo terrible más propio de un niño de primaria que de un mangaka. Sin embargo, su humor y sus críticas, a veces muy sutiles, conquistaron al público. Porque One Punch Man no es un manga/anime de acción. La acción existe, sí, pero siempre como algo subordinado a la sátira.

Esta segunda temporada toca uno de los clichés más gastados de todo el shōnen: los torneos. Unas veces con el destino del mundo en juego (o del universo, como en Dragon Ball Super), otras veces como recurso para presentar nuevos personajes (Naruto) o para hacer progresar al protagonista de algún modo, generalmente terminan pareciendo una simple lucha infantiloide de egos que sólo sirve para rellenar, hacer que el protagonista se luzca o se encuentre con un rival a su altura sin esforzarse en construir un conflicto serio, o proporcionar cierto fanservice. En este caso, Saitama se presenta a un torneo de artes marciales por simple curiosidad, porque no tiene ninguna necesidad de demostrar que es el más fuerte, ni necesita que nadie reconozca su fuerza.

Por otro lado, One Punch Man 2 nos presenta a un nuevo e interesante personaje, Garou (Garō), un sujeto feroz y poderoso que pone en aprietos a la Asociación de Héroes. Pero incluso Garou, que parece un villano serio y va acompañado de un tema musical muy badass (una especie de corrupción del tema de Saitama), tiene su lado satírico, pues en el fondo es una persona con una extraña empatía que comprende las motivaciones de los monstruos y simpatiza con ellos; los humaniza y defiende su lucha, que entiende como justa (flashback de la infancia traumático incluido). Algo así como lo que haría un héroe con la gente indefensa, pero al revés: para Garou la forma en la que los monstruos son tratados es injusta y el héroe de turno que llega siempre en el momento oportuno para matar al monstruo y llevarse la ovación del público, es el malo.

Es llamativo que esta temporada siga las andanzas de Garou casi más que las del propio Saitama, convirtiéndolo en el protagonista de este arco (Saitama queda relegado un poco a deuteragonista) en el que descubrimos su pasado, sus motivaciones y seguimos su progreso (mientras que Saitama no evoluciona en absoluto). Al principio le odiaremos por atacar a los héroes (sobre todo a los que les tenemos simpatía, como a Mumen Rider), pero, según avance la temporada, querremos que gane sus enfrentamientos. Y sin darnos cuenta, Garou nos arrastra hacia su retorcida visión sobre el bien y el mal. Llegados a este punto, One Punch Man va más allá de la mera parodia y empieza a convertirse en una deconstrucción del héroe más profunda.

El torneo en el que participa Saitama y la caza de héroes de Garou no son las únicas líneas argumentales de la temporada. También hace su aparición la Asociación de Monstruos, en oposición a la Asociación de Héroes, con monstruos con un nivel de amenaza dragón (a destacar cierto ciempiés en un CG conspicuo, pero que tampoco resulta molesto, que tiene un enfrentamiento espectacular con Genos) y liderada por el temible Orochi. King, supuestamente el hombre más fuerte del mundo, se convierte en un personaje recurrente y en amigo de Saitama, mientras que Bang/Silver Fang inicia la búsqueda de Garou, pues se trata de un antiguo discípulo suyo; y no se deja de lado el camino que recorre Genos.

(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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