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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Comedia. Fantástico Larry Stevens trabaja como reportero del Evening News de Nueva York y está a punto de celebrar sus bodas de oro con su esposa Sylvia y toda su familia. Durante la fiesta, cuenta un extraño hecho que le sucedió a fines del siglo XIX, cuando el viejo Benson, el encargado de la hemeroteca del periódico, al que apenas conocía, le entregó un ejemplar del Evening News que vaticinaba con un día de antelación las noticias que iban a producirse. (FILMAFFINITY) [+]
30 de noviembre de 2008
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clair y su cine está tan enmarcados en una época (por su condición teatral, por sus decorados de estudio, por su guión previsible y de claves calculadas) que estas viejas películas suponen, en virtud de dios sabe qué alquimia extraña, un auténtico viaje en el tiempo; un bucear por claves y guiños que te permiten convertirte, por un rato, en espectador no de cine, no únicamente eso, sino espectador de una época, una forma de dirigir e interpretar. Una forma de mirar, una forma de soñar. Una forma de reír que ya no provoca risa, probablemente, pero que sigue calentando el pecho. Una manera de ver y disfrutar cine que es de ayer, sí, pero que paradójicamente, y debido probablemente a un sentido del naturalismo de raigambre profunda e inexpugnable por muchos años que le caigan encima, seguirá entreteniendo mañana.

Para todo ello, creo que son fundamentales dos elementos que, de alguna forma, refuerzan esa condición de película de contornos reconocibles en los que nos sentimos seguros y confortados: la belleza carnal y cercana, por un lado, de la voluptuosa Linda Darnell; y un predecible guión que nos presenta una historia sin pretensiones, una trama de sencilla comedia sainetesca con tonos Capra, a ratos slapstick (esa “intención” a medias se ve en las carreras de Dick Powell), incluso screwball (esa “intención” a medias se ve en los gestos y diálogos frenéticos de Dick Powell), que bien podría haberse explayado en el tema de las consecuencias de nuestros actos, cierto, pero que legítimamente prefirió bajarse en la mucho más modestita parada del propósito de, simplemente, entretener al personal.

El caso es que al final da igual que esta peli esté o no envejecida, da igual que el guión recurra a unas claves y una construcción que hoy día parecen “rancios”; lo importante es el testimonio que estos fotogramas nos ofrecen del tweed de las chaquetas y la paja cocida de los sombreros.

Como era previsible, Clair quería a Cary Grant para el prota de esta peli (¡todo el mundo quería a Grant!). Pero se tuvo que conformar con la buena voluntad de Dick Powell. Actor que, señalaremos lo positivo, ofrece mucha “intención”.
Bloomsday
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