Estimable cinta negra de opresiva atmósfera y tono pesadillesco. Se trata de un remake de la película francesa "Amanece" de 1939 dirigida por Marcel Carné y protagonizada por Jean Gabin.

En esta adaptación hollywoodiense, Anatole Litvak consigue una obra densa de intrincado guión y romanticismo extremo, un penetrante estudio de personaje en el que somos testigos de una de las más notables y vehementes actuaciones de Henry Fonda, quien está insuperable como hombre de origen humilde totalmente consternado y atrapado en una difícil situación marcada por el infortunio y por un destino aciago, un papel complejo con el que vuelve a maravillar y a demostrar su asombroso talento como uno de los más grandes de la historia dando vida a un personaje que de algún modo le emparenta con otros que marcaron su trayectoria, como son el de Tom Joad en "Las Uvas De La Ira", el de Eddie Taylor en "Sólo Se Vive Una Vez", o el de Manny Balestrero que encarnaría años después en "Falso Culpable".

A pesar de que Litvak abusa demasiado del recurso del flashback y de la voz en off, casi hasta el límite de lo absurdo, la película se ve agraciada por su clima sombrío y angustioso, por la fascinante fotografía de legado expresionista de Sol Polito, por la estimulante presencia de Ann Dvorak, y por constituir la única ocasión en la que compartieron créditos en la gran pantalla dos gigantes de la interpretación como Henry Fonda y Vincent Price.