Una película muy divertida que no merece el olvido pese a estar finalmente desaprovechada. Especie de variante del "Scanners" de Cronenberg pero sin “gore” y apostando por el onirismo y la fantasía antes que por la crudeza. El punto de partida es genial, la posibilidad de penetrar en los sueños de otras personas ofrece todo tipo de variables, desde el erotismo al terror o la fascinante idea de matar dentro del sueño. Por supuesto agencias gubernamentales pretenden controlar el, en principio beatífico proyecto a través del maligno personaje del siempre rotundo Christopher Plummer que adiestra a un poderoso psíquico con paralelismos e influencias de el "Mente maestra" de los cómics de la Patrulla X, otro joven (Quaid, claro) será el único que pueda hacerle frente. En definitiva simpática y sin pretensiones, con grades interpretaciones de Plummer y Max von Sydow (derrochando magisterio como frankensteiniano doctor al que todo se le va de las manos) y un diseño genial de los sueños, pero a Ruben le falta garra y no apura el delirio prefiriendo lo trillado, aun así tiene buenos momentos.