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España España · Badajoz
Voto de Weis:
6
Terror Cansado de constantes humillaciones en su trabajo durante años, un marginado social libera un ejército de ratas, a las que domina a su voluntad, sobre los compañeros de trabajo que tanto le han hecho sufrir. Remake de "La revolución de las ratas" ("Willard", 1971). (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2008
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de una base novedosa e interesante, los realizadores debieron imaginar que no sería un proyecto con gran aspiración por triunfar (que yo sepa, nadie paga una entrada de cine para ir a ver a uno de sus mayores miedos corporales, las ratas).
Quizá sea su principal error: esa falta de condescendencia con el jurado.
Sin embargo, mi creciente interés por vislumbrar el aparente, en algunos casos, cine independiente (si hablamos de New Line Cinema, deja de serlo), me lleva a conocer éste tipo de rarezas fílmicas que suelen deparar, en la mayoría de los casos, una grata sorpresa.

"Willard" arranca con una premisa que cada vez se nos hace mas familiar: un adulto aun conviviendo con su madre, marginado social, aunque haberado gracias a su fallecido padre, y cuyo jefe explota sin remordimiento (el señor R. Lee Ermey sigue tan duro y despiadado como siempre).
Pero en éste caso, el film ha sido edulcorado con la aparición de un ejército de ratas que responden a las órdenes que él les ha enseñado.
Por tanto, la película rezuma efectismo, herramienta con que los realizadores enfatizan su mensaje para mostrar en lugar de sugerir.
Reconozco que nunca viene mal algunas dosis, mientras que el producto no caiga en el puro espectáculo y se olvide de su concepto básico.

A contrario sensu a lo que parece, me sentí satisfecho con la cinta: toda la información que recopilé acerca de Crispin Glover provocaba que sucumbiera ante el intento de contemplar gozoso su actuación. Es un actor que ha tenido predilección por interpretar a personajes desequilibrados o singulares por distintas patologías, y cuyo nombre ha pasado demasiado desapercibido desde "Regreso al futuro" (aunque ha formado parte de otras películas de alto presupuesto). Sin embargo, su actuación de Willard me ha complacido, aunque reconozco que cae por momentos (de mayor dramatismo) en la sobreactuación, analizando el resultado tiendo a aceptar que es mejor que sobre a que falte.
Glen Morgan suaviza la dirección y no la convierte en una cascada de imágenes relampagueantes, saca provecho del lenguaje corporal del protagonista, pero falla, por momentos, en el ritmo que imprime a la acción (apenas son instruidas [las ratas] por Willard, y ya las manda al primer golpe, para reventar las ruedas del coche del jefe. Será que tenían experiencia en actos vandálicos ).
Siempre cabe la duda que te lleva a hacerte preguntas como: ¿de donde acaban saliendo tantas ratas amontonadas en la casa de los Stiles?. Pero en eso consiste el efectismo, en ser tremendista ante un hecho de envergadura simple.
La estructura narrativa es pobre, pero al igual que en "May", de Lucky McKee, se pretende resaltar las emociones del personaje principal, lejos de ser amorfo, para facilitar su lucimiento personal.

Tanto Angela Bettis como Crispin Glover no serán actores fecundos, pero convencen y provocan interés. Algo es algo.
Weis
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