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Voto de Rents_Boy:
10
7,6
186.580
Acción. Thriller
El día de su boda, una asesina profesional (Thurman) sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza.
4 de mayo de 2009
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante un film que ejemplifica lo que es, simple y llanamente, cine en estado puro.
Si nos ponemos a hablar del guión, lo podemos sintetizar por entero en cuatro palabras: "una historia de venganza".
Pero lo que realmente es cine, y no me cansaré de repetirlo, no es el guión (contenido), sino el rodaje en si -caracterización de los personajes, interpretación de los mismos por parte de los actores, y los planos-; así como, no pudiendo ser de otro modo, la ordenación de estos últimos logrando dar vida propia a un film, lo que se llama el montaje, el cual no es más que aquello que constituye el alma de una película, equiparable a lo que supone la función del bajo en la música... Esto es lo que yo llamo "forma" con todas sus letras. Y de esto de la forma, Kill Bill tiene a saco, para dar y tomar.
En primer lugar, todos los actores bordan sus papeles (en ambas entregas), destacando como no a una Uma Thurman formidable en el papel de *1, seguida dicha interpretación, en mi opinión, por la de Michael Madsen haciendo de Budd, quizá el personaje más completo de ambas películas al haberle dotado Quentin de un encanto muy particular. En lo que concierne a los demás personajes todos clavan su papel, destacando la actuación de Daryl Hannah interpretando a Elle Driver.
Por otro lado, tenemos un montaje que da miedo, siendo uno de los mejores que he visto. Y no me refiero únicamente al estilo al que ya nos tiene acostumbrados Tarantino a la hora de componer la estructura narrativa de la obra (que ya es una logro en sí mismo), sino sobre todo a la ordenación que hace este genio de los planos en una misma secuencia, haciendo especial hincapié en las escenas de acción, y aún más concretamente durante la sangrienta batalla que se da lugar en el Capítulo 5. El montaje llevado a cabo durante el desarrollo de toda la pelea no tiene palabras para describirse. Es una hazaña realmente jodida; y, como dice Tarantino en los extras, los mejores directores son aquellos que saben dirigir el género de acción (eso sí, nadie lo hace tan bien como él). Además, este capítulo goza de tener, en mi opinión, el mejor plano secuencia de toda la película. En éste, la cámara fluye por toda la escena, dando una sensación de espacio abierto pocas veces vista antes en cine, y sólo comparable, en mi opinión, con algunos ejemplos del maestro Kubrick.
Siguiendo en la línea de los elogios hacia este magnífico film, añadiré otros detalles técnicos de la película como son el empleo de la fotografía (a veces hasta se nota una cierta influencia de Almodóvar), con hermosos filtros y sobretodo magníficos encuadres. En este apartado me remitiré nuevamente a la secuencia de la pelea con los 88 Maníacos, en donde Tarantino demuestra un dominio del color en todas sus facetas, desde el color en color, valga la redundancia, hasta el blanco y negro, pasando por el rodaje en nocturno, y sin olvidar el capítulo 3, rodado por entero en manga. (Sigue en SPOILER)
Si nos ponemos a hablar del guión, lo podemos sintetizar por entero en cuatro palabras: "una historia de venganza".
Pero lo que realmente es cine, y no me cansaré de repetirlo, no es el guión (contenido), sino el rodaje en si -caracterización de los personajes, interpretación de los mismos por parte de los actores, y los planos-; así como, no pudiendo ser de otro modo, la ordenación de estos últimos logrando dar vida propia a un film, lo que se llama el montaje, el cual no es más que aquello que constituye el alma de una película, equiparable a lo que supone la función del bajo en la música... Esto es lo que yo llamo "forma" con todas sus letras. Y de esto de la forma, Kill Bill tiene a saco, para dar y tomar.
En primer lugar, todos los actores bordan sus papeles (en ambas entregas), destacando como no a una Uma Thurman formidable en el papel de *1, seguida dicha interpretación, en mi opinión, por la de Michael Madsen haciendo de Budd, quizá el personaje más completo de ambas películas al haberle dotado Quentin de un encanto muy particular. En lo que concierne a los demás personajes todos clavan su papel, destacando la actuación de Daryl Hannah interpretando a Elle Driver.
Por otro lado, tenemos un montaje que da miedo, siendo uno de los mejores que he visto. Y no me refiero únicamente al estilo al que ya nos tiene acostumbrados Tarantino a la hora de componer la estructura narrativa de la obra (que ya es una logro en sí mismo), sino sobre todo a la ordenación que hace este genio de los planos en una misma secuencia, haciendo especial hincapié en las escenas de acción, y aún más concretamente durante la sangrienta batalla que se da lugar en el Capítulo 5. El montaje llevado a cabo durante el desarrollo de toda la pelea no tiene palabras para describirse. Es una hazaña realmente jodida; y, como dice Tarantino en los extras, los mejores directores son aquellos que saben dirigir el género de acción (eso sí, nadie lo hace tan bien como él). Además, este capítulo goza de tener, en mi opinión, el mejor plano secuencia de toda la película. En éste, la cámara fluye por toda la escena, dando una sensación de espacio abierto pocas veces vista antes en cine, y sólo comparable, en mi opinión, con algunos ejemplos del maestro Kubrick.
Siguiendo en la línea de los elogios hacia este magnífico film, añadiré otros detalles técnicos de la película como son el empleo de la fotografía (a veces hasta se nota una cierta influencia de Almodóvar), con hermosos filtros y sobretodo magníficos encuadres. En este apartado me remitiré nuevamente a la secuencia de la pelea con los 88 Maníacos, en donde Tarantino demuestra un dominio del color en todas sus facetas, desde el color en color, valga la redundancia, hasta el blanco y negro, pasando por el rodaje en nocturno, y sin olvidar el capítulo 3, rodado por entero en manga. (Sigue en SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
También mencionar, como no, una constante en todos los films de Tarantino: la maravillosa banda sonora. Además en esta obra, no se limita sólo a temas setenteros, sino que explora géneros musicales tan diversos como la música oriental, el Rap, o el flamenco (preciosa la secuencia de la lucha final contra O-Ren-Ishii (Lucy Liu), con el tema "Don't Let Me Be Misunderstood" sonando de fondo; seguido por "The flower of carnage", y sentenciando así la escena de una manera magistral). Pero, sobre todo me quedo con el tema "The lonely shepherd", en el cual destaca una fabulosa flauta travesera, la cual suena durante el final de la escena con Hattori Hanzo (Sonny Chiva) y que se repite en los créditos finales.
A todo esto, me gustaría añadir que otra de las mejores cosas que posee el film, y que lo define como la obra maestra que es (aunque muchos no lo quieran y/o puedan apreciar), es el hecho de que Quentin Tarantino haya reunido para ésta película las influencias cinematográficas que más le han tocado durante su vida, y las haya hecho suyas, reinventándolas, y plasmándolas en Kill Bill de una manera en que cada género encaja como un puzle en el concepto global de la obra (cuando hablo de obra me refiero a las dos entregas de Kill Bill). Entre dichas influencias tenemos predominantemente el cine de Kung-Fu (sin ir más lejos, David Carradine -Bill-), las películas de "espadachines", el Spaguetti Western a lo Sergio Leone (especialmente en la segunda parte, pero también en la primera durante el desarrollo del Capítulo 2, "La Novia ensangrentada"), el anime japonés, o incluso el género de terror psicológico (en Kill Bill 2, al final del Capítulo 7, "La solitaria tumba de Paula Schultz").
En conclusión, una película formidable en todos los sentidos que sólo el tiempo podrá encargarse de poner en el sitio que le corresponde: entre los mayores clásicos habidos y por haber de la historia del cine.
*1 Beatrix Kiddo
A todo esto, me gustaría añadir que otra de las mejores cosas que posee el film, y que lo define como la obra maestra que es (aunque muchos no lo quieran y/o puedan apreciar), es el hecho de que Quentin Tarantino haya reunido para ésta película las influencias cinematográficas que más le han tocado durante su vida, y las haya hecho suyas, reinventándolas, y plasmándolas en Kill Bill de una manera en que cada género encaja como un puzle en el concepto global de la obra (cuando hablo de obra me refiero a las dos entregas de Kill Bill). Entre dichas influencias tenemos predominantemente el cine de Kung-Fu (sin ir más lejos, David Carradine -Bill-), las películas de "espadachines", el Spaguetti Western a lo Sergio Leone (especialmente en la segunda parte, pero también en la primera durante el desarrollo del Capítulo 2, "La Novia ensangrentada"), el anime japonés, o incluso el género de terror psicológico (en Kill Bill 2, al final del Capítulo 7, "La solitaria tumba de Paula Schultz").
En conclusión, una película formidable en todos los sentidos que sólo el tiempo podrá encargarse de poner en el sitio que le corresponde: entre los mayores clásicos habidos y por haber de la historia del cine.
*1 Beatrix Kiddo