Prototípico filme noventero de terrorcillo, de la factoría Corman y, posiblemente, con destino al mercado del videoclub. Con todo tiene aspectos interesantes, aunque el resultado es bastante rutinario. Una historia de amor entre un vampiro y la reencarnación de la mujer amada, que quizás bebe del film "Drácula" de FF. Coppola, rodado un año antes, pero que supondría, al ambientarlo en la actualidad, en un antecedente de la basura fílmica que supuso la saga de "Crepúsculo" y todas las series televisivas de vampiros ardorosos y refocilones. También tiene toques de "Entrevista con el vampiro", un año antes del filme de Neil Jordan y, quizás con mala baba, escenas subacuáticas de amor que recuerdan a "El lago azul", quizás un homenaje al protagonista de ambas, el tal Atkins. Y esa historia medieval de origen del personaje, que se retomaría en "Drácula, la historia jamás contada".

La estética noventera, con luces azuladas y humo de noche, junto a esos vestuarios, nos remite a cualquier videoclip de la época. No obstante, es un filme muy barato. Apenas hay figurantes. Cuando la protagonista viaja a Rumanía (en realidad Bulgaria), apenas se ve ningún ser humano en la población próxima al monasterio maldito. Pueblo vacío, hotel vacío, estación de tren vacía, vagones vacíos. No se a quién le van a chupar la sangre los vampiros. Tendrán que emigrar. La historia tiene un trasfondo gay, ni sé si involuntario, ya que no queda demasiado clara la relación entre los dos malos del filme, una pareja de hecho desde hace siglos, muy en la línea de "Entrevista con el vampiro". ¿Todo lo que sucede entre ambos es por celos PARA ligarse a la chica o por celos POR ligarse a la chica?. El duelo final se asemeja mucho más a un cómic que a un filme de terror, más en la línea de "Dr. Mordrid" que de un filme de la Hammer (ver spoiler).

La película es más bien sosita, sin personalidad y esa mezcla entre filme romántico con salpicaduras de terrorcillo hace que el filme no sea ni chicha ni limoná y el conjunto resulte más bien aburrido.