Original propuesta sobre las proporciones y la escala de los seres vivos. Dos astronautas arriban a un planeta donde nada es lo que parece y hace falta aguzar mucho la vista para comprenderlo. Sin embargo, y como pasa con los niños que se ensañan con las lagartijas o con las hormigas e inundan o revientan sus hormigueros, el ser humano puede ser ruin y mezquino, atacando a seres más débiles porque-si y sentirse todopoderoso, cuando su comportamiento muestra el de un frustrado y cruel imbécil. Este comportamiento, tan reprobable, se analiza en este episodio y, como todos los de esta serie, tiene un interesante epílogo, que no desmerece.