Auténtica ida de olla de Ben Stiller y sus amiguetes. Protagonizado por Jack Black, junto a la voz de Owen Wilson, la mujer de Stiller, Christine Taylor, y al propio Stiller en un papel sin acreditar, este extraño episodio "no emitido", parece un ensayo para la posterior y genial "Zoolander"(2001).

Absurda, surrealista, ingenua, divertida. Es como si mezclásemos "El increíble Hulk" con "El coche fantástico", donde Hulk conduciría a KITT y resolvería entuertos autoconclusivos en cada episodio. El episodio, y la presunta serie, está concebido como una teleserie de los 70, así el protagonista llega a un pueblo, se transforma dos veces, resuelve el problema, y tras un interludio romántico, se va. Esto lo hemos visto mil veces en series como "Hulk", "El inmortal" "El fugitivo" o "El equipo A", entre otras muchas.

Jack es un astronauta que recibe una exagerada exposición al sol. Así, cuando sale el sol se transforma en alguien super-inteligente y de noche vuelve a la normalidad. La transformación recuerda a la secuencia de "Zoolander" cuando lavaban el cerebro con imágenes al encantador modelo; tiene un amigo que, debido a un arma experimental, se fusionó con su moto, el es Heat Vision, una moto parlante. Jack y su amigo son perseguidos por un científico de la NASA y actor de cine, Ron Silver, que hace de sí mismo. Es el típico personaje de todas las series mencionadas, que siempre aparece y nunca pilla al protagonista. Stiller hace un cameo como D.J. en una barra americana, que nos recordará al "Evil D.J." de "Zoolander".

La historia es lo de menos. Un cocinero es poseído por una entidad alienígena que empieza a matar ciudadanos en un pueblo perdido. La sheriff del lugar investigará y se enamorará de Jack, al que ha considerado sospechoso.

El episodio solo dura 30 minutos y curiosamente, tiene una introducción con Stiller, que cuenta la génesis del mismo, como si lo rescatara. La anterior crítica cuestiona si se trata realmente de un episodio-piloto. La verdad es que en el título del episodio figura como "Episodio 14" y generalmente los episodios-pilotos no empiezan por el número 14. Es tan inocente que parece más un homenaje paródico a esas series de los 70 y 80 con las que Stiller creció. Quien sabe. Ya lo hizo con "Starsky y Hutch". La verdad es que tiene su encanto.