El buenismo se apodera de la pandilla del Doctor Who. La companion principal, Bárbara, de profesión historiadora, al aparecer en el mundo azteca, 200 años antes de la llegada de los "amistosos" conquistadores, decide reescribir la historia y suprimir los sacrificios humanos, con el fin ¡pobre ilusa! de que cuando llegue Cortés, no acabe con lo bueno de esa civilización. Curiosamente, el Doctor le desaconseja tan mala idea, eso de cambiar la historia no está bien y, al fin y al cabo, "son sus costumbres". ¡Caray con el Doctor! ¡si cae en la Alemania Nazi o en una isla de caníbales que pensará!.

La historia en sí es bastante sosilla, con diálogos pretenciosos a lo shakespeareiano, con actores secundarios muy metidos en su papel como villanos arranzacorazones, con idas y venidas de una cámara estanca que no saben mantener abierta, con una novia que le aparece al viejales del Doctor, con la misma nieta insoportable y con el mismo macho alfa, Ian, peleándose con los enemigos. La ambientación, no obstante, es muy correcta, en cuanto a vestuario, objetos y arquitectura.

El Doctor Who aún está madurando, aún no tiene el destornillador sónico, no tiene una idea clara de su comportamiento frente a sociedades y culturas, y los companions tienen demasiado protagonismo en la toma de decisiones. Y está la pesada de la nieta...

Sólo para whovianos. Pasable.