No sé si este corto fue la primera "película" gore hecha con muñecos de plastilina, pero sí es la primera que yo vi y la que dio lugar a una cierta "moda" o subgénero o como queramos llamarlo del que hay un buen puñado de ejemplos que el que tenga curiosidad puede encontrar en Internet.

Hacer un film, por corto que sea, con muñecos de plastilina animados en stop-motion conlleva un esfuerzo descomunal por la cantidad de figuras a modelar, planos a grabar y montar, etc. Hacerlo, además, vistoso y entretenido, tiene mucho mérito. Y condensar en siete minutos grabados con ese método una historia de terror con humor negro, acción, suspense, una pizca de romance y escenas gore bestiales merece reconocimiento.

¡Viva el gore con plastilina!