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Voto de griffinjazz:
10
1978
7,9
4.732
Documental
Documental sobre el mundo del rock rodado en 1976 en el que Scorsese filma los conciertos de despedida de "The Band", por los que pasaron Bob Dylan, Van Morrison, Neil Young, Joni Mitchell, Neil Diamond, Eric Clapton y otras míticas figuras del rock de las últimas décadas. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2009
43 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
.... me temo que The Last Waltz es una obra maestra que no viene más que a rubricar una escalofriante filmografía setentera de Martin Scorsese. Y es que para mí es ante todo eso, una película, una obra de Scorsese que utiliza todas las armas y "trucos" del lenguaje cinematográfico. Nada sobra en TLW, todas las piezas encajan escrupulosamente en el engranaje siendo el montaje final una verdadera filigrana. El comienzo es el final y todos las conversaciones intercaladas son a posteriori, una vez finalizado el evento.
Suculentas las conversaciones, definitorias del carácter de los cinco músicos y cargadas de jugosas anécdotas. Cuando más me interesa lo que dice un músico es cuando habla de música, y aquí se habla de Sonny Boy Williamson (cuando Robbie nos cuenta como escupía sangre al soplar la armónica), de sus comienzos en Woodstock, del ambiente musical en Memphis...
Pero sobre todo está la habilidad de MS en mostrar en cuatro retazos la personalidad de los protagonistas, algo heredado del cine clásico (de maestros como John Ford o Howard Hawks), cuando en un par de escenas, con un par de gestos y unas cuantas miradas se nos mostraba
la vida completa de todos los personajes ... Aquí en pocos minutos sabemos que Garth Hudson es un tipo complejo, discreto, poco sociable y que siempre iba un poco por su lado (al principio les cobraba por tocar con ellos y ejercía de ‘profesor de música’), que Rick Danko debe tener un gran corazón y escaso cerebro, una especie de amigo de todos y nexo de unión del grupo, Richard Manuel es un tipo "peligroso", (esa mirada...), el chistoso oficial del grupo, que Levoln Helm es el tipo más centrado y con más talento, el que sabe qué se trae entre manos y en definitiva, que Robbie Robertson era el iluminado, el lider natural, un tipo con personalidad y palique y que posiblemente sabía contar cifras mejor que los otros.....
Hay momentos de gran categoría, cuando la cámara se acerca en un primer plano a Danko con el "Sip the Wine" de fondo, y éste confiesa que a partir de ahora va a..."escribir canciones". También, casi al final, Robertson confiesa que está muy cansado y que sería incapaz de estar 20 años de gira. La imagen se ralentiza en un primer plano que capta un momento muy sincero.
Y luego está el tema de las drogas. En el gran cine no se suele escapar nada y ésta es una gran película de un gran autor. A mí la impresión que me da cada vez que veo algún primer plano (esos ojillos brillantes...) de alguno de ellos es que está hasta arriba de todo. Ésto, os aseguro, no es casual, es absolutamente intencionado, Martin es un maestro. Las imágenes hablan por sí solas, no hace falta hablar explícitamente del tema.
Suculentas las conversaciones, definitorias del carácter de los cinco músicos y cargadas de jugosas anécdotas. Cuando más me interesa lo que dice un músico es cuando habla de música, y aquí se habla de Sonny Boy Williamson (cuando Robbie nos cuenta como escupía sangre al soplar la armónica), de sus comienzos en Woodstock, del ambiente musical en Memphis...
Pero sobre todo está la habilidad de MS en mostrar en cuatro retazos la personalidad de los protagonistas, algo heredado del cine clásico (de maestros como John Ford o Howard Hawks), cuando en un par de escenas, con un par de gestos y unas cuantas miradas se nos mostraba
la vida completa de todos los personajes ... Aquí en pocos minutos sabemos que Garth Hudson es un tipo complejo, discreto, poco sociable y que siempre iba un poco por su lado (al principio les cobraba por tocar con ellos y ejercía de ‘profesor de música’), que Rick Danko debe tener un gran corazón y escaso cerebro, una especie de amigo de todos y nexo de unión del grupo, Richard Manuel es un tipo "peligroso", (esa mirada...), el chistoso oficial del grupo, que Levoln Helm es el tipo más centrado y con más talento, el que sabe qué se trae entre manos y en definitiva, que Robbie Robertson era el iluminado, el lider natural, un tipo con personalidad y palique y que posiblemente sabía contar cifras mejor que los otros.....
Hay momentos de gran categoría, cuando la cámara se acerca en un primer plano a Danko con el "Sip the Wine" de fondo, y éste confiesa que a partir de ahora va a..."escribir canciones". También, casi al final, Robertson confiesa que está muy cansado y que sería incapaz de estar 20 años de gira. La imagen se ralentiza en un primer plano que capta un momento muy sincero.
Y luego está el tema de las drogas. En el gran cine no se suele escapar nada y ésta es una gran película de un gran autor. A mí la impresión que me da cada vez que veo algún primer plano (esos ojillos brillantes...) de alguno de ellos es que está hasta arriba de todo. Ésto, os aseguro, no es casual, es absolutamente intencionado, Martin es un maestro. Las imágenes hablan por sí solas, no hace falta hablar explícitamente del tema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A mí, la pieza que más me gusta es "It makes no difference", con ese final al saxo de Hudson aunque también "Stage Faith", bellísima y, en efecto, una maravillosa "The
Weight" con los Staple Singers (grabada sin público), además de las míticas "Dixie Down" o "Up on Cripple Creek". Y poco más, que por supuesto que disfruto con el "Coyote" de Joni, el "Helpless" de Neil & Joni, el enorme Dr. John y su mojo en “Such a night”, los dos ramalazos blues de Muddy Waters (su sola presencia ya acojona) y de Paul Butterfield, Clapton (un pelín discreto), la presencia divina para bendecir el evento (Dylan, of course), y como no, ese majestuoso Caravan de Van Morrison, el único momento de toda la película en el que el actor secundario nos hace olvidarnos de dónde estamos y a dónde vamos, asume todo el protagonismo e inmortaliza un momento de gloria sin parangón.
Weight" con los Staple Singers (grabada sin público), además de las míticas "Dixie Down" o "Up on Cripple Creek". Y poco más, que por supuesto que disfruto con el "Coyote" de Joni, el "Helpless" de Neil & Joni, el enorme Dr. John y su mojo en “Such a night”, los dos ramalazos blues de Muddy Waters (su sola presencia ya acojona) y de Paul Butterfield, Clapton (un pelín discreto), la presencia divina para bendecir el evento (Dylan, of course), y como no, ese majestuoso Caravan de Van Morrison, el único momento de toda la película en el que el actor secundario nos hace olvidarnos de dónde estamos y a dónde vamos, asume todo el protagonismo e inmortaliza un momento de gloria sin parangón.