Antes de finalizar la década de años ochenta el país tuvo que soportar las nada predecibles desilusiones de las malas campañas de la selección Colombia de futbol, pero a partir de ahí, cambió con una generación más o menos brillantes de jugadores talentosos independientemente si eran disciplinados o no: Faustino "el tino" Asprilla, René Higuita, Freddy Rincón, Iván René Valenciano y Carlos "el pibe" Valderrama. Tuvieron que lidiar con altibajos y/o cosecha de triunfos en los clubes colombianos o extranjeros.

Como no recordar lo del aquel 5 de septiembre de 1993 cuando le goleamos a domicilio a Argentina el 5-0 y la prensa deportiva los glorificó hasta el estrellón del mundial de Estados Unidos del 94 que perdieron en fase de grupos, incluido el nefasto e inocente autogol de Andrés Escobar que le costó su vida -que hoy en día ese asesinato sigue aún impune-. Y se repitió la historia en el mundial de Francia de 98.

Con este resumen de lo que fue dicha generación, Caracol se le ocurrió la ideota de recrear dicha historia contada con unas sub y sobreactuaciones de los personajes ya mencionados y que omitió algunos sucesos inéditos que marcaron su historia futbolística de principio a fin. Un buen intento de Caracol de recrear dicha historia aunque dominado para engatusar al país que Colombia es pasión y los no se que millones de colombianos que apoya a la Selección cuando hoy en día es su propiedad privada vetando a otros medios de comunicación para cumplir con su deber o haciendo mejor desempeño que ellos.

Se infiere que, la Selección es una regular serie sobre el homenaje al quinteto de sobresalientes jugadores desde “el tino” Asprilla hasta “el pibe” Valderrama con su lucha de ser algún día mejor alternando con sus vidas privadas; pese a que el Pibe Valderrama, últimamente como cosa rara “moja” la prensa dando vagos y desairados conceptos y consejos sobre cómo debe jugar y los resultados que obtiene la selección Colombia de hoy con ínfulas de sabihondo aspirando algún día de técnico de la selección con chauvinismo incluido olvidando la ética que debe tener ante todo