Película rara, rara. Puro Oshii, pero a lo bestia, con pinceladas de Lynch y de Tsukamoto, todo en una mezcla que conviene ver bajo los efectos de alguna droga para entenderla. Bajo más de hora y media de locura se esconde una reflexión bastante buena sobre el cine y consigue mantener la atención con unas pinceladas de humor negro –y friki- bastante exagerado.

La historia va sobre la desaparición de un director de una película de animación. Los productores de la cinta deciden contratar a un sustituto, pero cuando llega, el equipo técnico comienza a morir misteriosamente… Punto de partida original, sin duda, que sería fantástico si la historia hiciese pie en algún momento. Friki hasta límites casi obsesivos, Talking Head es una película que no llega a aburrir pero tampoco a motivar lo suficiente como para considerarla más allá de una curiosidad. Si quieres ver el lado más rarito del director de Ghost in the Shell… adelante.