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Voto de Caith_Sith:
6
12 de marzo de 2010
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo cortometraje firmado por John Lasseter para Pixar Animation Studios, "Red's Dream" (o "El sueño de Red") forma un díptico -si bien no mantiene el mismo nivel- con "Luxo Jr.", no argumental pero sí temático: el dar vida a un objeto inanimado, una personalidad. Como aquel, pero especialmente en éste, la influencia de "El globo rojo" (1965, Albert Lamorisse) es muy evidente. En aquella obra, el realizador francés utilizaba un globo y le daba una personalidad, nos hacía creer que era algo más, llegando a darnos pena en un momento de catársis emocional. "Luxo Jr.", a través de los gestos y movimientos de sus 'personajes" -flexos- conseguía lo mismo y, aquí, se va un paso más allá, para contarnos la historia de un monociclo que "vive" en una tienda de bicicletas, apartado en un rincón, acompañado por su soledad y evadiéndose a través de sus pensamientos: soñando.
El monociclo rojo no quiere vivir en la oscuridad o el anonimato, sueña con que un divertido payaso lo utilice en un circo repleto de gente: aspira a entretener y a servir a un bien común de una forma u otra. Le da igual esta debajo o en paralelo a su dueño, sólo quiere ser, y estar presente en esta fantasía. Pero los sueños... sueños son. Triste en cierto sentido, aunque algo fallido en su capacidad para hacernos partícipes del drama (sí, drama) de su protagonista (sí, protagonista), es un trabajo interesante, lo cual es bastante para un animador que comenzaba a dar sus primeros pasos y lo hacía en el buen camino. De hecho, no se torcería hasta muchos años más tarde (casi veinte) con una película que se excedía en sus ambiciones, también protagonizada por vehículos -esta vez, de cuatro ruedas- y que, como ésta, era demasiado fría para su propio bien, siendo incapaz de que simpatizásemos del todo con sus héroes: Sí, hablo de Cars.
El monociclo rojo no quiere vivir en la oscuridad o el anonimato, sueña con que un divertido payaso lo utilice en un circo repleto de gente: aspira a entretener y a servir a un bien común de una forma u otra. Le da igual esta debajo o en paralelo a su dueño, sólo quiere ser, y estar presente en esta fantasía. Pero los sueños... sueños son. Triste en cierto sentido, aunque algo fallido en su capacidad para hacernos partícipes del drama (sí, drama) de su protagonista (sí, protagonista), es un trabajo interesante, lo cual es bastante para un animador que comenzaba a dar sus primeros pasos y lo hacía en el buen camino. De hecho, no se torcería hasta muchos años más tarde (casi veinte) con una película que se excedía en sus ambiciones, también protagonizada por vehículos -esta vez, de cuatro ruedas- y que, como ésta, era demasiado fría para su propio bien, siendo incapaz de que simpatizásemos del todo con sus héroes: Sí, hablo de Cars.