Así es como he acabado tras ver esta fantástica película que Disney ha sabido explotar de forma genial. Bajo el pretexto de transportar a una princesa de sus cintas de animación al mundo real, a la sucia New York, se dan lugar a un montón de situaciones a cada cual más divertida y, en cierto modo, ridículas. Ese es el precio que tiene que pagar Giselle, la damisela en cuestión que el día de su boda es empujada hacia un pozo y se despierta rodeada de vagabundos y gente que no da los buenos días.

Genialmente interpretada por Amy Adams, se encuentra secundada además por un aceptable PAtrick Dempsey, el cada vez mejor James Marsden como príncipe ingenuo y seductor, y una cojonudísima Susan Sarandon en el papel de mala de la función. Pero "Encantada" no es una película de interpretaciones de Oscar -aunque alguno a la BSO le nominarán seguramente-, sino una vuelta de tuerca a los cuentos y a cómo se ven a día de hoy.

Escenas como los intentos de Giselle de cantar en plena calle, el drástico cambio que pega su vida de "dormir en un hueco de árbol" a usar una confortable cama, etcétera. Es ante todo una parodia que la propia Disney se toma con buen sentido con humor, muy sano, y es una de esas pocas cintas que tras verla te dejan una sensación de felicidad, de energía y de buen rollito, algo que este año también consiguió "Hairspray", aunque no tan genialmente como esta.

Los guiños y cameos al universo Disney son continuos. Desde la bruja que da la manzana envenenada a Giselle, justamente la misma que la de Blancanieves, hasta la escena del zapato tras el baile de medianoche, el beso de amor verdadero y especialmente el personaje de Sarandon, una revisión de la inmejorable Maléfica de "La bella durmiente". De hecho, tiene los mismos poderes. No faltan cosas más livianas como algún número musical amenizando la función que redirige irremediablemente hacia obras como La Sirenita y su icónico “Bajo el mar”.

Sobre las escenas de animación habría que hablar aparte. Duran poquito, apenas unos 10 minutos al principio de la cinta, pero es sencillamente brutal. Kevin Lima consigue que en esos instantes nos acordemos de joyas como Tarzán -que también dirigió él- y eso a día de hoy es bastante difícil.

Total, y en resumen: ved Encantada. Sus altísimas notas en la prensa internacional o la buena acogida de los usuarios no es casual. Estamos ante una película "encantadora" y con magia, una fábula que los más pequeños amarán y, los demás, podremos ver sin ningún problema, pasando un rato totalmente agradable. Recomendada, aunque eso sí, también es cierto que la idea pudo haberse aprovechado mejor.