Esta adorable chiquilla (ya roza los treinta y pico) de carácter violento y gran talento para la actuación (chanza) realiza, una vez más, un bodrio estúpido e intragable, destinado a las gordas amas de casa, que mientras se tragan una docena de facturas y se toman tres termos de mate, se emocionan y calientan con estas berreteadas despreciables con su enorme culo hundido en el sillón. También está destinado este tipo de series, para las viejas chotas y maricones con ínfulas de artistas cool. Gonza Heredia cumple con una actuación acorde a su talento, es decir, una verdadera nadería. El resto del reparto, con el maravilloso e inefable Alejandro Müller, un galán de pura cepa (en la jaula de los monos seguramente sería uno de los más bellos ejemplares, aunque no lo puedo asegurar) son verdaderamente un dolor de muelas con infección incluída. La trama es absurda y repetitiva, y nada nuevo nos ofrece. Para terminar, tengo que reconocer que esta versátil actriz, me refiero a Juana Viale, abre las piernas más seguido de lo que parpadea y procrea con mucho más éxito de lo que actúa. ¡Bien por ella! (no para nosotros, por desgracia).