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Voto de Luis Ángel Lobato:
7
6,4
101
Thriller. Cine negro
Marion Forbes (Laraine Day) es secretaria, amante y artífice de la fortuna de Harry Chapman (Ralph Brooks), pero cuando Harry se enamora de Francis y decide casarse con ella la venganza de Marion será terrible. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director turco Hubert Cornfield, afincado en Estados Unidos desde 1941 hasta su fallecimiento, posee, en su breve filmografía, al menos tres obras bastante meritorias: el thriller de cine negro "Camino del oro" ("Plunder Road"), de 1957; el drama político "La clave de la cuestión" ("Pressure Point"), de 1962; y esta que hoy nos ocupa, "¡Alló...! Le habla el asesino" ("The 3rd Voice"), de 1960.
"¡Alló...! Le habla el asesino", basado en una novela del gran autor norteamericano de literatura negra Charles Williams, es un curioso e interesante thriller criminal, psicológico y de intriga sobre el tema de la suplantación; de una suplantación muy especial.
La película, con una densa y extraña atmósfera de turbiedad, mantiene la tensión, el suspense y la inquietud, tanto de los personajes, bien definidos, como del espectador. Y con un estupendo final –aunque se presupongan los acontecimientos– que nos concede aún alguna gratificante sorpresa.
Y lo verdaderamente destacado, ya que la película mantiene un equilibrado nivel entre el film en el que lo importante es la trama y la cinta donde lo sustancial es el estudio de los caracteres: la impresionante interpretación de Edmond O'Brien, que otorga con notable eficiencia –varias veces a través de primerísimos planos– las dudas y la angustia en la que su atribulado y codicioso personaje se ve inmerso.
Merece la pena su visión.
"¡Alló...! Le habla el asesino", basado en una novela del gran autor norteamericano de literatura negra Charles Williams, es un curioso e interesante thriller criminal, psicológico y de intriga sobre el tema de la suplantación; de una suplantación muy especial.
La película, con una densa y extraña atmósfera de turbiedad, mantiene la tensión, el suspense y la inquietud, tanto de los personajes, bien definidos, como del espectador. Y con un estupendo final –aunque se presupongan los acontecimientos– que nos concede aún alguna gratificante sorpresa.
Y lo verdaderamente destacado, ya que la película mantiene un equilibrado nivel entre el film en el que lo importante es la trama y la cinta donde lo sustancial es el estudio de los caracteres: la impresionante interpretación de Edmond O'Brien, que otorga con notable eficiencia –varias veces a través de primerísimos planos– las dudas y la angustia en la que su atribulado y codicioso personaje se ve inmerso.
Merece la pena su visión.