Nos hallamos ante un corto que, como suele suceder con este tipo de cosas, sólo verán un puñado de frikis que gustan de lo realmente recóndito en las profundidades de YouTube, el verdadero portal hacia el surrealismo actual. Y digo actual, porque dicha web no sólo está repleta de un enorme número de gente haciendo el tonto delante de la cámara para ganarse una reputación, dinero... un pequeño lugar en este mundo moderno que cada vez está más abarrotado de gente. No, en la web también se halla un verdadero y profundo existencialismo consciente, y este trabajo de David O´Reilly, productor de rarezas entre rarezas, es uno de ellos.

Evidentemente no será del gusto de todos, dado su estilo visual aparentemente descuidado o su difícil comprensión en ciertos momentos. Pero, sin embargo, habla por sí mismo con cada instante absurdo que se sucede en el cortometraje. El viaje de un chaval a través del gran mundo de hoy no es sino un viaje puramente existencial con un sentido absurdo de la vida actual, donde (sobre todo en las grandes ciudades) la gente lucha confusa y perdidamente por hallar un pequeño valor a sus vidas. Ya sea propio o ajeno, harán lo que esté en su mano, influidos por sí mismos, donde la identidad acaba diluyéndose en un mar de intenciones desesperadas sin una salida real que les haga libres.

Supongo que escribo esta crítica porque, al igual que O´Reilly, también siento ese magnífico absurdo de la vida, tan bello en su sentido y sinsentido.