Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
8
Drama Anders está a punto de acabar un tratamiento de desintoxicación en un centro rural. Como parte de su terapia, una mañana va a la ciudad a una entrevista de trabajo. Aprovechando el permiso, se queda en la ciudad y se encuentra con gente que hacía mucho tiempo que no veía. Es un hombre inteligente, guapo y de buena familia, pero se siente profundamente perturbado por las oportunidades que ha desaprovechado y por las personas a las que ha ... [+]
24 de enero de 2014
56 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
A cada paso – errado o acertado – vamos afectando a los que nos quieren o nos rodean y vamos marcando el devenir del tiempo con nuestros vaivenes y nuestras acciones y omisiones hasta configurar un singular tapiz que puede percibirse como que nos arropa y cobija o podemos sentir que hay algo que ha fallado y que, indefectiblemente, hagamos lo que hagamos, vamos tejiendo más bien una soga que nos pesa y que arrastramos hasta no poder ya con su peso, ni con su densidad, ni con su estela, ni con sus múltiples ramificaciones y consecuencias. Y la frontera entre el éxito o el fracaso es tan tenue como inapelable y acabamos abocados hasta abismos insondables de desesperación e impotencia…

Esta delicada película noruega explora esta difícil y etérea frontera que separa la vida de la muerte, las ganas de vivir y las ganas de escapar de la vida, las ganas de pasarlo bien o de, sencillamente, no pasarlo mal. Sin juicios ni veredictos, sin expiación ni remordimiento, sin ganas de hacer el mal aunque se esté pasando un calvario impreciso y amorfo… pero no hay acto sin consecuencias ni tropiezo sin efecto, todo va sumando lentamente hasta que algún vaso rebosa y ya nada parece poder recomponerse y volver a la normalidad. Hemos dejado pasar la vida y no sabemos cómo retomar el curso de los acontecimientos sin que nos enfrentemos a lo que algunos llaman fracaso, abominación o muerte.

Es un viaje a ninguna parte – o un viaje al fondo del alma herida – que no por desolador o triste nos priva del doloroso reconocimiento de una caída que no sabemos cómo ni cuándo ni porqué empezó pero que parece no tener fin. La atenta mirada del director disecciona la amarga desintegración de una inteligencia preclara, de un espíritu sensible, de una persona educada y arropada por familia y amigos, que, sin embargo, no encuentra su hueco en la vida ni sabe cómo rehacer unos puentes que ha ido quemando durante años de adicciones varias que le han llevado hasta encontrarse con los recovecos más desoladores de sí mismo. Y extiende la mano, pide ayuda, pero ya no hay nadie, ya no queda nada.

Hermosa y triste película llena de aciertos (esas conversaciones de calado ofrecidas en un aparente tono menor, esa atención a todos los detalles que nos rodean, ese tocar el piano como si estuviéramos acunando nuestro propio fin,…) y llena de un regusto que es tanto una exaltación a la vida como un reconocimiento de que, a veces, solo nos queda encaminarnos hasta nuestro último desenlace. Al final asistimos, una vez más, a los mismos escenarios que han adornado este taciturno devenir – y nos apresa una desolación que nos pone un nudo en la garganta. Apenas sin palabras quedamos quebrados. Soberbia y muy recomendable.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow