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Voto de antonalva:
6
Drama. Fantástico. Comedia Lupe (Elena Anaya) vive encerrada en su casa, presa de una brutal agorafobia. Viéndola en bata y zapatillas, dependiendo para todo de su madre y con un hijo adolescente que la detesta, nadie diría que en los 80 fue una estrella de rock. Su madre, cansada de ver a su hija convertida en una persona egoísta y conflictiva, la Noche de los Muertos decide hablar con su hijo Diego. Este vuelve a la casa familiar con el aspecto de siempre: un ... [+]
31 de mayo de 2014
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser original o insólito o extraño puede ser una virtud o una losa. Depende. Pero es admirable que el pacato cine español intente sorprender ofreciendo novedades temáticas y narrativas que explora terrenos inhabituales y poco trillados. Vayamos por partes, porque nos encontramos con una abigarrada coctelera de ideas y ocurrencias: Una hermosa pero estancada mujer con agorafobia, la movida musical y sus pelos a lo punk, pasados esplendores de un estrellato que acabó estrellándose, unas relaciones materno-filiales catastróficas, una madre de origen mexicano (¡qué poco aparecen personajes latinoamericanos en el cine patrio!) y ofuscaciones inusuales hacia el mundo de los muertos…

Todo ello configura un relato que ofrece caminos inexplorados, propuestas novedosas con personajes interesantes por reconocibles aunque pocas veces vistos con anterioridad (el mundo de la música glamurosa, la adolescencia colegial, los amores incipientes, alborotados y desordenados, gotas de brujería de andar por casa…). Y todo esa amalgama de ideas, recursos, riesgos y sofisticación combina bien y se traba con éxito en un relato iniciático que ofrece invitaciones inesperada y rescata personajes inefables (un muerto resucitado sólo visto por algunos y, a veces, gracias a la ingesta de psicotrópicos) enfrentados a dilemas de ultratumba que nos reconcilia con el cine como una invención de mundos inéditos e ideas descabelladas y riesgosas.

El tono oscila entre la comedia romántica, la recopilación de nostalgias refulgentes y la trama de mesa camilla familiar, casi siempre con éxito y en todo caso ofreciendo novedades y acometiendo escollos quizás excesivos pero en todo caso muy de agradecer. El resultado es una película imprevisible, imperfecta, con algunos altibajos de ritmo y cadencia, muy bien interpretada, resueltamente dialogada y pertinazmente singular, atrayente de puro bizarro y original. Falta algo para estar plenamente lograda, pero fijándonos en lo que sí está: hay que alabar su capacidad de sorpresa, la belleza aturdida de Elena Anaya, cierto humor consanguíneo, algún pasmo dramático y la lozanía de ser diferente, divergente y novedosa.

Y hay que agradecer que propuestas inclasificables como ésta se hagan un merecido hueco en la adocenada cinematografía actual. Quizás fragmentaria e irregular, pero satisfactoria a poco que uno se deje arrastrar por su proposición desvergonzada y acoja sus muchas sugerencias y ramificaciones con simpatía y cierta indulgencia.
antonalva
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