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Voto de Quatermain80:
7
Drama. Bélico Obra inspirada en los libros de Pat Reid. La película retrata la vida en un campo de prisioneros y los intentos de huida. Estuvo nominada al BAFTA de 1956. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2011
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quisiéramos rastrear el origen de los argumentos relativos a fugas, que tanto juego han dado en el cine, deberíamos centrar nuestra atención en las novelas policiacas clásicas, concretamente en aquellas que abordaban la posibilidad de cometer un crimen en un espacio cerrado, siendo el paradigma de todas ellas "El Misterio del Cuarto Amarillo", una de las obras maestras de Gaston Leroux. En efecto, el "problema del recinto cerrado", reto esencialmente detectivesco, es el mismo al que se enfrentan los presos que desean evadirse de este castillo de Colditz, que sirve de prisión para oficiales aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

La película, que se basa en hechos y personajes reales, es una de las primeras en adaptar el tema de la evasión (propio del subgénero carcelario) al contexto bélico, teniendo como precedentes películas maravillosas, como "La Gran Ilusión", de Renoir, o "Stalag 17", de Billy Wilder, siendo esta última más próxima por contexto y nudo argumental. Posteriormente llegarán títulos muy populares como "La Gran Evasión" de Sturges, o "El Desafío de las Águilas", de Hutton (el castillo que aparece en esta última está claramente inspirado en Colditz).

Notablemente interpretado por un abundante elenco, encabezado por el siempre excelente John Mills, el filme, casi enteramente rodado en estudio, cuenta con buenos decorados y un guión acertado, con frecuentes momentos de comedia entre los que destaca el constante "juego del gato y el ratón" que se establece entre los presos que intentan fugarse y el obeso oficial alemán encargado de impedirlo. No encontraremos en ella profundas disquisiciones acerca del cautiverio, la injusticia de la guerra o el sufrimiento humano, limitándose la historia a mostrar los diversos y rocambolescos intentos de fuga (a destacar uno muy cómico, protagonizado por un preso francés), que alcanzarán su cénit con el plan de los presos británicos, que demostrará que no hay medio de fuga mejor que una buena "puesta en escena". El oficio del director asoma en todo momento, un Guy Hamilton que después se hará conocido por sus películas de la serie Bond y otros títulos bélicos como "La Batalla de Inglaterra", y que logra aquí uno de sus mejores trabajos, desenfadado y con buen sentido del ritmo.

Por último, mencionar que mi primer recuerdo relativo a la historia que cuenta la película proviene de un antiguo juego de mesa, de igual título, y que haciendo uso de un gran tablero que representaba el castillo y de unos peones de colores que hacían las veces de presos y guardias, reproducía una vez más el eterno reto de burlar el problema del "recinto cerrado".
Quatermain80
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