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Voto de Quatermain80:
7
Drama. Romance. Fantástico El editor Lewis Venable, un hombre enamorado de su profesión, va a Venecia con la esperanza de que Juliana Bordeau ponga a su disposición las cartas de amor que, a mediados del siglo XIX, le escribió el poeta Jeffrey Ashton. Para conseguir su propósito se presenta en casa de la dama haciéndose pasar por escritor. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2012
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única película que dirigió este actor secundario, circunstancia que cabe lamentar, ya que su calidad, que el público no supo apreciar, hacían recomendables nuevas oportunidades para Gabel en la dirección (en este sentido, su suerte fue similar a la que corrió Charles Laughton con su mítica "La noche del cazador").

El filme adapta una novela de Henry James, "Los papeles de Aspern", aunque centrándose más en el melodrama que en las reflexiones artísticas, y sobre todo, recreando una atmósfera de intriga y suspense muy lograda. Cuando el protagonista llega a la destartalada mansión veneciana en la que transcurre la acción, en busca de las perdidas cartas amorosas de un poeta desaparecido a principios del siglo XIX, no puede suponer el panorama que allí le aguarda: la anciana amante del poeta, recluída y atormentada por un pasado irrecuperable, y su nieta Tina, que bajo su aspecto severo y desconfiado oculta un trastorno de doble personalidad, que la empuja a recrear un pasado ajeno, un tiempo perdido que no es el suyo. Es muy interesante la tensión que se establece entre las dos mujeres por patrimonializar ese pasado, y el papel que juega el protagonista, que hace las veces del antiguo poeta en las trastornadas recreaciones de Tina.

Con un notable guión adaptado, la película destaca extraordinariamente por su estilo, de una elegancia notable tanto en la recreación de esa atmósfera de intriga decimonónica como en los movimientos de cámara, con un excelente uso de la grúa, que compone así planos-secuencia muy bellos, al tiempo que útiles para la narración. Mención aparte merece la fotografía de Hal Mohr, que recurre a hermosos contrastes lumínicos tomados del más puro género negro, y que junto a los decorados -de un encantador y artesanal cartón-piedra-, contribuye a redondear esa atmósfera decadente y de suspense, tan característica de este tipo de novelas.

La labor de los intérpretes me parece correcta, aunque no deslumbrante; el personaje más atractivo es la anciana, magníficamente interpretada por Agnes Moorehead, cuya amargura y oculto pasado planean a lo largo de toda la película como una sombra ominosa que pesa sobre el presente.

Excelente película, todo un descubrimiento para aquellos aficionados que, como yo, se afanen en recuperar los tesoros cinematográficos de ese tiempo que, a veces, tal vez injustamente, parece irremediablemente perdido.
Quatermain80
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