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Voto de RickDeckard'82:
7
Ciencia ficción. Terror Durante un viaje en el espacio rumbo a un remoto planeta al otro lado de la galaxia para colonizarlo, la tripulación de la nave 'Covenant' descubre una señal proveniente de lo que creen puede ser un paraíso inexplorado, y que resulta ser un mundo oscuro y hostil... Secuela de "Prometheus" (2012). (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2017
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Recordáis aquellas declaraciones en las que Scott repetía como un mantra que Prometheus no pertenecía al universo Alien y rehuía todo paralelismo con la saga? Bueno, pues en algún momento después de su estreno cambió de opinión, abrazando la idea de unir esta serie de películas con la cinta original del ’79. Uno de los problemas principales del filme es su falta de inspiración; el realizador británico no nos da un motivo para creer en su visión. Continúa alimentándonos con un sinfín de conceptos filosóficos, referencias literarias y guiños teológicos pero al final termina dándonos más de los mismo. Quizá por eso Covenant se siente como un Frankenstein cinematográfico que busca incesantemente una razón para existir, si bien sus partes están muy bien diferenciadas: una primera centrada en la presentación y desarrollo de los protagonistas y una segunda que hace lo posible –aunque no lo suficiente- por entretejer esta entrega con Prometheus e incluso proyectarla más allá con vistas a futuras secuelas.

El problema que le veo a esta nueva aventura de terror es que se sustenta demasiado en muy pocos elementos y puebla el resto del metraje con relleno y clichés; si sé que los personajes van a terminar cometiendo los mismos errores en los mismos lugares y por los mismos motivos que en películas anteriores, ¿por qué te molestas en desperdiciar tan valioso tiempo en presentárnoslos? Lamentablemente, esto lastra al filme de manera que cuando llega la mejor parte, ésta se siente apresurada e inconclusa. Aún así, la creatividad visual de Scott basta para mantenerme abrumado al menos con sus imágenes y cruzar los dedos para que lo bueno empiece. Llegados a este punto, cuando el terror se apodera de la cinta y la nueva tripulación se encuentra con un protagonista crucial de Prometheus, la cinta adquiere el propósito de su existencia: desatar los corsés en los que se habían ceñido Fincher, Jeunet y cía. y conocer más no sólo sobre la criatura xenomorfa sino sobre el patógeno que nos habían presentado en la entrega anterior. Una vez más, vuelvo a recalcar que esta parte es la que debió potenciarse en detrimento del desarrollo de los nuevos –e insulsos- personajes; no porque carezcan de potencial, sino porque no hacen nada con ellos. Si el propio Ridley sabía que ésta era una secuela directa de Prometheus, ¿por qué no ceñirse a esa idea?, ¿acaso no merecía la Dra. Shaw continuar su expedición en busca de respuestas sobre los orígenes de la humanidad? Sin embargo, los guionistas sí aciertan de pleno a la hora de exponer la dicotomía entre los dos androides (¿o replicantes?) que aparecen en la trama; esta parte es de lejos la línea argumental más intrigante en vistas al futuro de la franquicia.

En cuanto a las interpretaciones, lo cierto es que todas están a la altura; quizá por ello resulta aún más frustrante que sus personajes sean tan finos como el papel de fumar. Katherine Waterston me obnubiló en Puro Vicio (2014) de Paul Thomas Anderson y aquí se limita a ser un clon de Ripley…¡y ya he perdido la cuenta de cuantos llevan! Danny McBride cumple el mismo rol cómico que Yaphet Kotto y Harry Dean Stanton en la original, Bill Paxton o Idris Elba más recientemente. El resto sirven de carnaza para las despiadadas bestias; no conseguí empatizar con ninguno, de forma que cuando morían el sentimiento de pérdida era nulo. Al final, Alien: Covenant se limita a ser el show interpretativo de Michael Fassbender, el cual encarna a dos androides concebidos con propósitos opuestos.

Otro grave problema de la cinta es la edición y el montaje. Aquí sobra metraje y faltan escenas que hubieran aportado mayor peso narrativo a la historia y más profundidad a los personajes. Se siente demasiado inconexa, como si faltasen piezas del rompecabezas. Además, la banda sonora de Jed Kurzel echa en falta un tema propio que se complemente con el original de Goldsmith y el más reciente de Harry Gregson-Williams. Sin embargo y pese a no conseguir insuflarla con personalidad propia, Kurzel logra crear tensión cuando le toca y rendir homenaje en ciertos compases del filme –y creedme cuando os digo que hay muchos guiños que complacerán al fan acérrimo-. Por lo demás, los efectos especiales están bien hechos, salvo contadas excepciones en las que se les va la mano en escenas gore.

Normalmente concluiría aquí el análisis, pero esta vez haré una excepción porque no puedo dejar de criticar un elemento que puede destrozaros el visionado y que curiosamente no forma parte de la obra en sí: la campaña publicitaria. Este tipo de obras están diseñadas en Cinemascope para verse en la pantalla más grande posible y resulta una blasfemia para el séptimo arte desnudarla en los vídeos promocionales; es lo más cercano a prostituirla. Por eso guardamos en nuestro subconsciente el recuerdo de la primera vez que vimos aquella obra maestra (o cualquier otra), porque sabemos que esa magia es irrepetible. El hecho de que ya hayas visto casi la totalidad del filme en la pantalla de tu ordenador o de tu teléfono le resta emoción y el cine se basa principalmente en transmitir eso. Para mi ese es el gran problema de Alien: Covenant, por encima incluso de su ritmo irregular o de sus fallos de guión.

En definitiva, Alien: Covenant promete más de lo que da; es una pieza que podría ser magistral de contar con los acordes y con los músicos apropiados. No me malinterpretéis, esta nueva incursión del Sr. Scott en el género de la ciencia ficción-terror es ampliamente satisfactorio y cuenta con las dosis de tensión y adrenalina necesarias para ser una más que digna secuela. Lo que pasa es que digna ya no nos vale. No cuando estamos ante la sexta entrada de la saga –sin contar las de Alien vs Predator-y los signos de fatiga hace tiempo que se evidencian; a estas alturas nos esperamos más, porque el propio creador está empeñado en convencernos de que aún le queda una última gran sinfonía por componer.
RickDeckard'82
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