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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
3
Bélico Basada en hechos reales. Relata la historia del primer grupo de pilotos negros que sirvió en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Su misión consistía en escoltar a los bombarderos americanos. Producida por George Lucas. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2012
32 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los personajes es reprendido tras hacer una frikada, asesinar a un nazi de ‘mielda’ y celebrarlo como el tanto definitivo de una final de la NBA. Le dicen: «¿Cuándo aprenderás que esto no es un juego?». Para colmo al personaje le llaman Lightning y el espectador vive atrapado durante más de dos horas en un videojuego. ¡Para más colmos el nazi malvado habla como Sebulba! ¿Dónde aprendió el alemán este motherfucker? La película pretende ser un alegato anti-racista pero es finalmente homófoba con frases del tipo:

—Rojo Uno, Deke pierde aceite. No se ve bien…

¡Qué vergüenza! ¡Sólo faltaba que alguno de los Tuskegee se llamara Buzz ‘Black’ Lightyear!

George Lucas llevaba muchos años pensando en ese proyecto. Cuentan que desde finales de los ochenta, pero sus ganas de destrozar nuestras infancias con una trilogía warsiana, postergó “Red Tails” hasta 2012. Samuel L. Jackson iba a dirigirla, pero estamos seguros que al no leer ningún «motherfucker», «motherfuck», «motherfucking» o alguna de sus 1.588.394 variaciones, obligaría a George Lucas AKA Jabba el Hutt a comer el guión a punta de pistola o ‘red tail’. ¿Quién podría ver una película de Samuel L. Jackson sin un «motherfucker»? Sería como ver una película porno con la tele apagada… como poco.

Con Anthony Hemingway (“The Wire”) como director, la historia de los The Tuskegee Airmen durante la Segunda Guerra Mundial se merecía mejor despegue y aterrizaje. Con aroma de videojuego digital y tramas de telefilme de sobremesa, el libreto de John Ridley defecado por George Lucas después de su encuentro con Samuel L. Jackson aporta poco o menos fuera de sus secuencias de acción. Ni un gran presupuesto ni tener un reparto encabezado por Terrence Howard y Cuba Gooding Jr. puede camuflar diálogos sin gasolina, personajes y conflictos nacidos de arquetipos desgastados, clímax rociados en volátil alcohol, heroísmo de telefilme familiar y orgullo patriótico en horas bajas. Por no hablar de pifias argumentales que tratan al espectador como idiota: proponer un matrimonio interracial o una pelea de oficiales sin rasguños deja una aroma de inmadurez y desconocimiento y nula documentación total.


Únicamente encuentro “Red Tails” pensada para trollear y hacer el mal. Comportarte, por ejemplo, como un nazi de ‘mielda’ e invitar a todos los afroamericanos que conozcas a hacer un pase de “Red Tails” y ponerles “Space Chimps: Misión espacial”.

Nota: no invitar bajo ningún concepto a Samuel L. Jackson si quieres que tu muerte a manos de una turba sea lo más rápida posible, nazi de ‘mielda’.
Maldito Bastardo
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