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España España · Oviedo
Voto de Gould:
5
Musical. Romance Bob Gordon recibe una buena oferta económica para su representación de Broadway, pero debe contar para su espectáculo con la viuda Lilian. Delicioso musical que optó al Oscar a la mejor película, en la que se habla de los entresijos del Broadway de la época, donde los artistas desean alcanzar la fama y el reconocimiento. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo el título de “Melodias de Broadway” se agrupan una serie de cuatro películas de semejante argumento –el montaje de un musical en Broadway- como fórmula reutilizable para reunir una ensalada de algunos de los mejores números y canciones del momento, a los que se le añadía un argumento leve y de enredo, con una ligera salsa para ligarlo todo y para lo que se buscaba un competente y dócil cocinero (Henry Beaumont en 1929, Roy del Ruth en las de 1936 y 38, y Norman Taurog en la de 1940). Unas veces salía mejor y otras salía peor.

Robert Taylor es un empresario y autor teatral que busca desesperadamente una promesa que le libre de la insistencia de una inversora también interesada en sus encantos. El foco de atención principal de la película recae en Eleanor Powell -que protagonizó las dos secuelas siguientes- famosa bailarina de los años 30, pareja de Fred Astaire y rival en la pantalla de Ginger Rogers (de hecho, era mucho mejor bailarina, aunque peor actriz; la Rogers supo seguir con su carrera como actriz sin demasiados altibajos cuando dejó de bailar. Admiren la portentosa técnica del primer baile de la Powell y sabrán de que hablo)

A la película le falta algo de chispa, cemento argumental y profundidad en los personajes y avanza muy lentamente. Además, Robert Taylor no da el papel como empresario y la película se queda en una deslavazada sucesión de números musicales, algunos muy brillantes –aunque otros hayan envejecido un poco-: el impresionante ensayo de baile de claqué a solo de la Powell de una enorme complejidad rítmica, los números humorísticos de la pareja de cómicos secundaria o, cómo no, el “Everyone dance” final.

En el campo del musical George Stevens rodaría ese mismo año la maravillosa “Swing Time” (En alas de la danza) y un año después una menos conocida “A damsel in distress” (Señorita en desgracia, 1937) cuyos números no han perdido un ápice de frescura y verdadero clásico del musical. Lo digo por si quieren quitarse la espinita.
Gould
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