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Voto de Archilupo:
8
Terror. Intriga. Thriller Un matrimonio con un niño recién nacido llega a la casa que acaban de entregarles. Es una estupenda casa antigua pero totalmente reformada, y el lugar ideal para empezar una verdadera vida de familia. Antes de acostarse, la pareja comprueba el funcionamiento de el aparato de escuchas que ha instalado en el cuarto de su bebé, y que pueden controlar desde su cama. Es de última tecnología. No sólo pueden escuchar a su pequeño mientras ... [+]
25 de diciembre de 2009
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este gran homenaje a las televisivas “Historias para no dormir”, de Ibáñez Serrador, consigue también poner los pelos de punta en más de un momento, con golpes de terror estratégicamente trabajados.

El prólogo antepone el ambiente siniestro vivido por un niño en una casona urbana.
Años después, una pareja joven con bebé compra la casona y la restaura. Ellos y su entorno son gente común, personajes bien diseñados (y muy aceptablemente interpretados), aunque a veces usen un lenguaje demasiado coloquial.
Al aparecer voces y visiones comienzan las discusiones de la pareja, sobre si dar crédito o no. El desquiciamiento no tarda y la paranoia va en aumento.
La climática música ayuda, y la seguridad contratada no frena los fenómenos.

El lado teórico del argumento está muy bien insertado en la narración, en boca de un periodista medio retirado (Sancho Gracia) que da al protagonista explicaciones bastante llanas sobre la inmanencia, la barrera entre mundos, la paradoja de Schrödinger, las realidades paralelas, el gato cuántico en la caja…, pistas para intentar entender lo que está pasando.

Unos monitores de juguete permiten visualizar detalles del pasado y avanzar en la realidad paralela. Idea brillante, apoyada en la imagen. Como las maquetas, incluida la de la propia casona, en un cuarto-bisagra, pasaje entre los mundos, entre los infinitos mundos posibles, de entre los cuales se intenta borrar el que contiene el tremendo crimen, línea cuántica que sin embargo no evita un final estremecedor.

Remontando el bajo presupuesto, una especial pincelada de calidad en dos citas visuales: “El dragón rojo”, inquietante dibujo de William Blake, y un cartel de “El espíritu de la colmena”, la película de Erice sobre el monstruo.

Obra menor, sí, pero resuelta con soberano oficio.
Archilupo
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