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Voto de Archilupo:
7
Drama Diversos episodios de la vida de San Francisco de Asís. Francisco entendió la pobreza en un sentido estrictamente evangélico; él no tenía absolutamente nada. Amaba por encima de todo la creación de Dios, de ahí su amor a la naturaleza. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2009
26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) En una línea espiritualista que también dio “El milagro” y “Juana de Arco”, Rossellini filmó una personal hagiografía de san Francisco de Asís, organizada en episodios enlazados, cada uno una historieta del santo y su fraternidad.

2) Francesco era de familia rica, pero las visiones lo llevaron a quitarse la ropa ante su padre en la plaza de Asís, renunciar a la carrera de próspero comerciante y dedicarse a la vida religiosa, radicalmente concebida; no al ocio pasivo sino a la práctica del despojamiento extremo y la fusión con el espíritu. Se deshizo de cuanto estorbara su comunión con el universo. Vagaba mendigando, en compañía de seguidores que le imitaban, atraídos por la bondad y la felicidad que irradiaba. A la cofradía errante recomendaba desprenderse de todos los bienes y abrazar una pobreza absoluta y liberadora.
En tiempos medievales en que poder y beligerancia estaban a la orden del día, esta exigente norma chocó a la jerarquía. La llamada a un alegre vagabundeo en panteísta disfrute directo de la concreta vida diaria, de espaldas al furor cruzado y al afán de riquezas, implicaba un serio desafío a las altas esferas.

3) En ingenuas estampas beatas, Rossellini presenta a monjes que cantan y corretean por barrizales, alegres como niños, empapadas sus ropas de arpillera por un aguacero en tromba que celebran como una alegría más. Se refugian en cabañas de piedras y palos compartidas con bestias, mendigan comida en sus escudillas. Vemos la propensión de Junípero a obedecer al pie de la letra y regalar la ropa que lleva puesta, las inocentes tonterías de Juan el Simple, el breve reencuentro con una santa Clara majestuosa.
Un episodio sumamente duro: a la luz del plenilunio un leproso, marcado por una campanilla, pasa cubierto con una máscara que sujeta sus trozos de carne y Francesco, con llanto desolado, lo abraza en silencio, un cencerro al fondo. Y el del tirano Nicolás, divertido: Junípero intenta convertir en su campamento al ogro, que no quiere escucharle y ordena a la guardia de trogloditas mantearlo como a pelele.
Francisco proclama la perfecta alegría cuando envía a los cofrades por pueblos y ciudades a predicar la paz. Los hace girar hasta encontrar su dirección en el mundo. “Adiós al hermano árbol. ¡Esparcíos y llevad la paz con vosotros!”.

4) Rossellini se centra en la vida comunitaria de los Hermanos Menores y en lo organizativo, pintando al santo como un líder un tanto rígido (la fórmula “Te ordeno por santa obediencia que…” se repite hasta el exceso) y, aunque fotografía con maravilloso brillo los escenarios, apenas muestra la riqueza del íntimo misticismo, los éxtasis, las prolongadas estancias en el bosque, dulcemente disuelto en la meditación, ocasiones en que animales y pájaros se le juntaban por simpatía.

5) Con más de 60 años, esta película precursora que influyó en Pasolini sigue siendo la mejor aproximación cinematográfica a la figura del revolucionario santo de Umbria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Archilupo
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