Una mañana una joven es sorprendida por otra mujer a caballo, vestida completamente de negro, que grita desesperadamente su nombre. Tras una trepidante persecución, la joven logra desembarazarse de su atacante. Luego sufrirá una crisis de ansiedad como consecuencia de la irrupción de esa misteriosa figura. Sus familiares, su prometido, tratan de calmarla. Pero… ¿quién era ella, quién la seguía con tanto denuedo?, ¿cuáles eran sus intenciones?

Episodio que, tras un interesante comienzo, aborda un tema típico en “The Twilight Zone”*. Tiene sabor a melodrama clásico, con el que comparte muchos elementos –la presencia de amores prohibidos, el retrato de la decadencia de grandes familias, el enfoque en aquellos momentos que definen la existencia, la lucha contra el destino-. Por otro lado, los que hayan observado más entregas de la serie adivinarán pronto hacia dónde se dirige la trama. Quiero decir, que resulta bastante previsible. Esto, unido a algunas desacertadas actuaciones, supone una importante pega.

Por lo demás, se trata de una entrega curiosa; entretiene a pesar de sus defectos.