La nostalgia y el deseo de segundas oportunidades regresan a la serie en esta entrega centrada en un anciano que, harto de la obsesión de sus compañeros por la tele, decide desempolvar una vieja radio muy particular.

El tiempo, analizado desde diferentes ángulos, es uno de los argumentos estrella de “The Twilight Zone”. En esta ocasión el protagonista, hombre sin ilusiones, se pregunta cómo recuperar el pasado, cómo volver atrás para rectificar los errores que condicionaron su vida. La respuesta llega en forma de magia.

La mayor pega que se puede poner al capítulo es la referente al defectuoso maquillaje en una de las escenas cumbre; por lo demás, se trata de un episodio notable, entretenido, ingenioso, melancólico y finalmente optimista.

Es una adaptación de un relato de Oceo Rich, relato del que Beaumont cambia la naturaleza del personaje principal –de casado insatisfecho a solterón amargado-, y al que contribuye aportando una crítica rabiosa a la industria de la televisión.