30 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puro estilo Sorrentino que no deja de buscar la belleza en la imagen, en el fotograma elegido para colgar de la pared hasta el punto de no innovar en la búsqueda del contenido. Su guión, abrupto y paulatinamente desperdigado, descontextualiza pero deja atrás su inconexión habitual, es de los más compactos de los últimos tiempos. Cada secuencia es una oda a los temas estrella de la película, que como un tratado antiguo sentencia con axiomas lo buscado en el fondo del corazón: juventud, frustración, amistad, amor y fidelidad que los personajes esconden y desvelan con demasiada condescendencia. Unos actores a la altura de lo esperado, unos personajes a la altura de los actores y unas interpretaciones con pequeñas guindas que coronan el pastel visual del director. Destacable e inhóspita la banda sonora, que como una esperada anagnórisis culmina la película.
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