Siempre es un placer recordar a los grandes mitos como Elvis, y si es durante unas espectaculares actuaciones en directo e incluso en el estudio de grabación, mucho mejor.

Pero este documental-musical no solamente nos da la oportunidad de deleitarnos con la prodigiosa voz del Rey, sino también de aproximarnos a su lado más humano y de poder comprobar que más allá del genio y mito musical, hay una persona como cualquiera de nosotros.

Se trata de una oportunidad única, pues el rockero aún estaba en plena forma en el 72, pese a que sus problemas de sobrepeso comenzaban a asomar levemente. Lo que vino después, por desgracia, ya lo conocemos todos.

¡¡El Rey ha muerto!!

¡¡Viva el Rey!!