Esta serie, a mi criterio, era bastante aceptable. Había numerosos personajes, con personalidad bien delineada, que abarcaban un amplio espectro de distintas disciplinas artísticas: malabaristas, músicos, bailarines, cantantes, humoristas, actores...Todos se daban cita en la Escuela de Arte donde interactuaban y recibían las clases -elogios y reprimendas, muchas veces- de los profesores. Recuerdo, por ejemplo, al negro Leroy, que provenía de una familia humilde de Harlem, con los consabidos problemas sociales, y que tenía grandes dificultades para seguir las clases -y, en particular, hacer la tarea- de la profesora de literatura. Un joven con aspecto soñador, que tocaba el teclado, de familia italiana que chocaba frecuentemente con el Profesor de música, un viejo algo encorvado que insistía en hacerle tocar el violín y menospreciaba la música moderna. Un chico humorista, las bailarinas...cada capítulo solía hacer hincapié en alguno de los personajes y, los primeros capítulos de la serie fueron bastante aceptables. Ahora bien, la película del mismo título, me resultó monótona, tediosa y por debajo del nivel de la serie -aún cuando la vi muchos años después- con algunos de los mismos actores en los respectivos papeles y otros diferentes.