Un predicador protestante llega con su hija a un nuevo destino. La chica, sin madre y solitaria, quiere entablar nuevas amistades. En un supermercado, un incidente provocado por un perro que se lanza a lamer al dueño, tirado en el suelo, le trae como consecuencia que lo quieran llevar a la perrera. La chica interviene diciendo que es su dueña y lo salva. Pero el padre no tiene muchos deseos de quedarse con el can. Sobre estas bases, la amistad entre la chica y el perro se desarrolla el film con otras incidencias que van sucediéndose. La película es medianamente aceptable, tiene altibajos, momentos relativamente interesantes y logrados, pero termina diluyéndose un poco y perdiendo espesor. Hubiera sido atinado quitarle unos veinte o veinticinco minutos, con un resultado a favor del conjunto. 5,6