Absurdo thriller militar sobre la corrupción existente entre varios altos cargos del ejército norteamericano. Conforme la trama se complica, cada vez resulta menos creíble lo que está pasando. Las secuencias de acción son muy pobres y los actores apenas dan juego a sus personajes, sobre todo el protagonista, Bill Pullman, incapaz a la hora de representar el papel de tipo duro. Por si fuera poco, el film reune muchos de los tópicos del cine de acción de serie B, por lo que no es de extrañar que en Estados Unidos no se estrenase en la gran pantalla.