Guión infumable, cutre puesta en escena, actuaciones olvidables... Todo lo propio de una película para la televisión por cable que nadie debería de molestarse en ver. La cosa va de espiritismo convertido en espectáculo multisala. Admito que con un mejor guión la cosa podría dar para más, ('El ilusionista', 'Magia a la luz de la luna', 'Luces rojas'... son buenos ejemplos de la incursión por parte del celuloide en dicha temática) pero este esperpento incorpora ominosos pasados familiares como recurso argumental estrella, y como resultado nos queda asimilar que ni siquiera como culebrón vale la pena, pues incluso cualquier telefilme logra dar más juego en ese aspecto. Un poster tan sugerente le invita a pensar a uno que detrás se esconde una deliciosa intriga a la que practicamente nadie le ha hincado el diente pero nada más lejos de lo contrario.